Pocos, pero suficientes. Toda Colombia se ha conmocionado al conocer estos desgarradores casos, tanto que con presiones a la Fiscalía se lograron solucionar con mayor rapidez y dando justicia a sus víctimas.
Jhonier Leal
El caso más reciente continúa paralizando al país a solo un día de que el responsable se haya declarado culpable por matar a su hermano el estilista Mauricio Leal y a su mamá Marleny Hernández. Después de casi un mes, y pensando que se había salido con la suya, la Fiscalía logró encontrar las pruebas suficientes para inculpar al también estilista; a pesar de los intentos del mismo por manipular la escena del crimen.
Luis Alfredo Garavito
Recluido en el pasillo más infame de La Tramacúa, junto a los más temibles asesinos y violadores del país, el hombre que mató a 120 niños se muere de leucemia. Según su testimonio, el hombre pudo asesinar a más de 200 personas, aunque la Fiscalía confirmó 172, la mayoría niños. Dicen que la mitad del tiempo Luis Alfredo Garavito se la pasa en el hospital Rosario Pumarejo de Valledupar. Todo arrancó en abril del 2020, pleno año de la peste. Llevaba semanas presentándose decaído, anémico y un desmayo ocurrido a principios de ese año alertó a los guardias de la Tramacúa, la infernal celda donde se pudre en vida el hombre que violó y asesinó a más de 100 niños. Los exámenes fueron concluyentes, Garavito estaría enfermo terminal, tendría leucemia y cáncer en un ojo.
Rafael Uribe Noguera
Todavía recordamos con estupor como los medios de comunicación querían tapar el nombre del asesino de Yuliana. Se demoraron casi un día entero yendo por las ramas "al parecer un prestigioso arquitecto bogotano se vio envuelto en un escándalo..." un periodista de Caracol Noticias, en la emisión del mediodía del 5 de diciembre del 2016, se atrevió a decir el nombre del monstruo que había matado y violado a Yuliana Samboní: Rafael Uribe Noguera, hermano de un abogado socio de la firma más importante del país. Condenado a 58 años, el asesino de Yuliana Samboni vive bajo 43 grados, ahogado por el pestilente olor de un basurero y amenazado de muerte las 24 horas del día.
Pedro Alonso López
También conocido como ‘El monstruo de los Andes’, nació en 1948. Uno de sus primeros recuerdos fue haber sido violado en una correccional. Esta abrupta pérdida de su inocencia lo marcó para siempre e hizo de él un hombre resentido y malvado. Como si buscara venganza por lo que le hicieron se gastó su vida abusando de niñas menores de 10 años. Se estima que violó y mató, en Perú, Ecuador y Colombia, a más de 300. Desde el 2002, año en que fue dejado en libertad por una institución siquiátrica, no se ha vuelto a saber nada de él. Especialistas creen que donde quiera que esté debe estar pensando en dañar a alguien. Esto queda patenta por lo que hasta ahora es su declaración más conocida: "El momento de la muerte es apasionante, y excitante. Algún día, cuando esté en libertad, sentiré ese momento de nuevo. Estaré encantado de volver a matar. Es mi misión".
Luis Ramírez
El hombre de Valledupar acostumbraba pasar sus horas de ocio eligiendo mototaxistas de un metro sesenta de estatura y que no pesaran más de cincuenta y cinco kilos. Los llevaba a las afueras de la ciudad y los enredaba con su conversación distendida y graciosa. Cuando llegaban a un descampado los privaba de un golpe. Al despertarse, la víctima se daba cuenta que estaban amarrada por el cuello a un chamizo. En su desesperación la persona terminaba por morir estrangulada. La técnica era tan depurada que, sentado frente a su invitado, Luis alcanzaba a tomarse un refrigero mientras observaba el espectáculo. Dicen que mató más de 60 mototaxistas entre los 18 y 25 años.
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