Hace dos años, Jennifer Arias parecía una emperadora. En su papel de Presidente de la Cámara de Representantes, cobijada por su aliado Iván Duque, dio una muestra de poder el 21 de octubre de 2021. Ese día se vio en un video soltando una de esas frases que se volvieron un clásico en el bestiario de la política colombiana:
-Anatolio, vote sí
Arias le daba la orden al representante a la Cámara del Partido de la U por el departamento del Guainía, Anatolio Hernández para votar a favor del proyecto de Ley de Presupuesto General de la Nación. Uno de sus artículos, el 125, estaba cargado de polémica porque permitía modificar la Ley de Garantías para que alcaldes y gobernadores pudieran firmar contratos en época electoral.
A casi dos años de este episodio, Jennifer Kristin Arias Falla parece otra persona. A sus 36 años, se ha retirado de la vida política. Todo comenzó cuando en 2021, el portal Plagio SOS denunció copia en la tesis de la Maestría que cursaba en la Universidad Externado.
Los OCAD y su contradicción con las teorías de elección racional eran copias casi que calcadas de tres documentos publicados veinte años atrás en universidades de Guatemala, Perú y México. Aunque la representante y presidente de la Cámara se defendió lo más que pudo, en mayo de 2023, el Consejo de Estado decidió quitarle el título de Postgrado.
Ya no parece una mujer empoderada. La cara lavada y la ausencia de gafas le han restado el poder que empezó a acumular desde que apareció su nombre en un medio de comunicación en 2007 cuando a los 20 años representaba a su departamento, el Meta, en el Reinado Nacional de Belleza y su presencia llamaba la atención.
Jennifer Kristin Arias Falla nació en Nueva York, pero a los seis meses fue traída a Colombia. Muy joven soñó con ser piloto de la Fuerza Aérea, no la aceptaron por su problema de miopía, así que se metió a estudiar en la Universidad de Los Andes donde se graduó como ingeniera industrial.
Fue cercana al expresidente Álvaro Uribe y a Daniel Palacios, quien fue Ministro del Interior de Iván Duque. Desde la Presidencia de la Cámara cumplió a cabalidad con el rol que se le había asignado, el de promover las reformas del Gobierno anterior.
Fue una verdadera pesadilla para la oposición. En una de las primeras intervenciones, atropelló a los congresistas contradictores de la Ley de Regalías que quería aprobar la bancada del gobierno. Ahora, todo ese orgullo, ya no existe.
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Sin maquillaje, con la cara lavada y una sonrisa que la mayoría de colombianos no conocían, Jennifer Arias se entregó de lleno al Señor. En una de sus intervenciones en la red social Instagram afirma que es “la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
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