Antes que nada es bueno aclarar esto: James Rodríguez es el mejor jugador de la historia de este país. Ninguno -a excepción de Juan Guillermo Cuadrado- ha tenido una temporada tan estelar en un club de primer nivel como la 2014-2015 con el Real Madrid. Fue goleador de un mundial, el mayor logro de un deportista colombiano en la historia. Ni el Pibe Valderrama puede compararse a su nivel mediático, su capacidad para generar titulares en la prensa mundial. Por eso es una tragedia nacional que a sus 30 años James Rodríguez sea más pasado que futuro.
Sus pataletas, reflejadas en los comentarios que ha hecho sobre Reinaldo Rueda, después de que no lo convocara para la Copa América, sus cometarios en la red social Twich, su falta de compromiso con el Everton, han causado esto que ahora es la comidilla de toda la prensa mundial: Reinaldo le ha cerrado las puertas a los tres partidos por eliminatoria que vienen, contra Bolivia, Paraguay y Chile.
Lo reemplazarán Juan Fernando Quintero y el riflecito Andrade. Sabemos que puede significar un golpe muy duro no llevar a James, pero en un 0% de rendimiento sus posibilidades de ser convocado son mínimas. Tiene que tener cuidado el crack de Cúcuta, si sigue así no irá al mundial de Catar y esto sería un golpe devastador, tal vez definitivo en su carrera. Y lo peor es que la selección funciona sin él y, todo parece indicar, que dentro del grupo no lo quieren, no lo necesitan.
Es devastador para Colombia todo lo que pasa con James y lo peor es que, al parecer, aporta más fuera de la selección que dentro de ella. El rendimiento del equipo, que salió tercero de la Copa Ameríca en Brasil, así lo confirma.