Nunca he entendido ese código de los futbolistas de no celebrar los goles que le hacen a su ex equipo. James hoy convirtió uno de los goles más importantes de su carrera. Un empate al Madrid en el Bernabeu. Creíamos que iba a estallar, que lloraría desaforado. Había mucho en juego. El desprecio que le propinó durante un año Zidane dejándolo en la banca. Pero no, James pidió disculpas. El Bernabeu durante todo el partido le demostró cariño. Lo aplaudía constantemente y se nota que lo extraña y lo valora. Creemos que James estuvo a la altura del partido y rompió un poco esa leyenda que decía que James no se crecía ante los grandes. Mentira, James le ha hecho goles a los dos mejores equipos del mundo, al Barcelona y al Real Madrid.
Sin embargo debió haber celebrado el gol. Unos minutos después, cuando su equipo avanzaba a hacer la hazaña, James inexplicablemente echó el balón a la línea final. A pesar de que era el mejor jugador de la cancha el entrenador ordenó sustituirlo. Algo le había molestado porque el cambio de Javi Martinez fue importante.
Sabemos que James sueña con regresar al equipo donde supo ser figura del mejor equipo del mundo. En el Bernabeu demostró que es un súper crack que se crece ante la adversidad. Sin embargo esa contención va a molestar a la gente en Munich. La gente celebró como un gol que James mandara la pelota a la tribuna para que atendieran a Asensio. James quiere volver. Debe ser que ya la amenaza de Nico Kovac, su nuevo técnico, de que no lo tendría en cuenta para la próxima temporada y la lentitud con la que las directivas del Bayern han tomado la decisión de contratarlo, habrán pellizcado a James para excederse en sus disculpas con el gol y con arrojar la pelota a la tribuna para que pudieran atender a Asensio. Jugadores del Bayern le protestaron. Cuando salió el Bernabeu aplaudió de pie. Seguramente James volverá después del mundial al equipo de sus amores.