Freddy Rincón no tuvo nunca pelos en la lengua, por eso es de los pocos exfutbolistas que se atreven a decir lo que piensan en sus comentarios en Win Sports. Por eso ha fustigado con rudeza a James Rodríguez, el símbolo de una generación que dejó de sentir la camiseta como alguna vez lo hizo el propio Freddy. Rincón daba miedo a los rivales. Los ingleses, en el Mundial de 1998, era al único que temían. Se crecía con los partidos. Segundos antes de recibir la pelota limpita que le dio Carlos Valderrama para que él venciera a Ilgner metiéndole el balón por debajo de las piernas, recibió un patadón de un gigante alemán y Rincón ni se movió.
Por eso es que le ha cargado tirria a James quien ha demostrado no tener el mismo compromiso que tenía Rincón con la selección. Por eso le ha soltado frases lapidarias como esta después de que James afirmara que él no aceptaba críticas porque él era el mejor jugador colombiano de la historia: “Yo no quiero dar una entrevista hablando de lo que dijo James, porque después van a decir que yo estoy resentido. Yo ya transcurrí; James no sabe en qué mundo está. La cabeza mía hoy es otra. “Ese muchacho que hable lo que él quiera, más cuando hoy nadie habla cosas buenas de él, yo sé lo que hice en el fútbol. Si eso le llena el ego, pues que lo haga”.
Fue una goleada en su momento, una andanada que James no tuvo oportunidad de responder “Para mí esas son entrevistas armadas, montadas, yo no creo que un jugador en todos sus sentidos diga una cosas de esas La única cabeza a la que le cabe dar una declaración que no se adaptó en Múnich por el frío es a la de él”.
Hoy en día, mientras James está desaparecido en Catar, sepultado jugando sus video juegos, Rincón se debate entre la vida y la muerte después de su accidente en la madrugada del lunes 11 de abril.