James es sin lugar a dudas el mejor jugador de fútbol en historia de Colombia. Rueda es ciertamente un gran entrenador. El fútbol, además de un deporte, es un juego donde el azar y la incertidumbre tienen un papel importante.
Rueda trabaja para disminuir al máximo la incertidumbre. Sabiendo que James salía apenas de una lesión y contaba con poco juego en las últimas fechas del campeonato inglés, decidió privarse de él y apostar por la construcción de un equipo unido donde todos estén al 100% y lo den todo por el equipo, colaborando en defensa. Rueda es coherente con ese principio. Se vio claro frente a Uruguay cuando sacó a Muriel y dejo a Borré en el campo.
Colombia no dispone de la constelación de estrellas que tiene España, pero guardando las proporciones, se puede hacer una analogía con Luis Enrique quien no llamó a Sergio Ramos, pues consideraba que su presencia podía generar desunión en el vestuario.
Italia sería un ejemplo a seguir. A pesar de ser 4 veces campeón del mundo, Italia no tiene problema en hacer jugar en su equipo a Emerson Palmieri, Jorginho y Rafael Tolói, todos nacidos en Brasil. En esta perspectiva, Ian Poveda podría darle una mano a la selección colombiana. Con nacionalidad colombiana de pleno derecho, tiene toda la legitimidad y calidad para ser convocado.
Volviendo con James, él es genial con el balón, pero le falta la combatividad y velocidad de un Messi que si pierde un balón persigue a su adversario para enmendar sur error, pensando siempre en el equipo. Habría que dejar tranquilos a James y a Rueda. Cada uno actuó normalmente, defendiendo y asumiendo su punto de vista y sus prerrogativas.
Ya volverá James a la selección, ojalá que un ego menos grueso, que el ego también pesa. Entre tanto, habrá que suplirlo con el esfuerzo de todos, aceptando que por ahora no hay otro jugador de ese rango y apoyando sin reservas a Rueda que hace lo mejor que puede.