La audiencia preparatoria del juicio contra Álvaro Uribe que se llevó a cabo el pasado 2 de octubre dio mucho de qué hablar, especialmente por la discusión acalorada que sostuvieron el expresidente y la jueza Sandra Liliana Heredia, la cual terminó con el acusado retirándose de la sesión virtual. Ese día la defensa liderada por el penalista Jaime Granados pidió que el proceso se aplazara siete días para que pudieran revisar unas nuevas pruebas a las que habían tenido acceso apenas unos días atrás, pero la tolimense rechazó de frente la solicitud y siguió adelante.
Uribe reaccionó con la frase “Ay, señora Juez, por Dios” y publicó un extenso comunicado en su cuenta de X en el que aseguraba que no se le estaban dando garantías, lo cual estuvo seguido por una tutela interpuesta por Granados por una violación a su derecho al debido proceso, la cual fue resuelta recién este miércoles por el Tribunal Superior de Bogotá a puertas de que comenzara una nueva audiencia que estaba programada y cuyo fallo resultó siendo a favor del expresidente, lo cual le da un oxígeno importante.
El ponente del fallo fue el magistrado Jaime Velasco, quien es conocido, entre otras cosas, por haber dejado en firme la condena contra cuatro integrantes de la Primera Línea por vínculos con el Estado Mayor Central (EMC).
¿Cuáles son las pruebas que desencadenaron el lío?
Todo surgió a raíz de la aparición de una copia espejo de la información que contenían una USB, un computador y un celular que le pertenecen a Juan Guillermo Monsalve, considerado como el testigo estrella del caso de fraude procesal y soborno a testigos contra Uribe. Algo que estaba en poder de la Corte Suprema y a lo que Granados pudo tener acceso gracias a una extracción forense. Sin embargo, este acceso fue recién el 30 de septiembre de acuerdo con el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, con lo que no tuvieron el tiempo suficiente para verificar el contenido y contrastarlo.
Teniendo en cuenta esto, el Tribunal consideró que hubo un defecto procedimental por parte de la jueza Heredia y que el juicio corría riesgo de ser anulado si se continuaba con normalidad.
Ahora, la jueza Sandra Heredia tendrá 48 horas para reprogramar una nueva audiencia preparatoria de juicio, en la que tendrá que asegurar que la defensa del expresidente pueda “descubrir, enunciar y solicitar los medios de prueba con los que soportará su teoría del caso; así como de oponerse a las que solicitó la Fiscalía”.