Si hay un funcionario constante en sus visitas al Congreso, es Jaime Dussán, el presidente de Colpensiones. Es un acompañante permanente del gobierno y de la ministra Carolina Corcho en su difícil trámite y aprobación del proyecto más complejo y controversial que está en trámite: la reforma a la salud.
A Dussán, un viejo zorro político, quien además fue senador en varios períodos, se le ve muy al lado del ministro del Interior Alfonso Prada, el vocero del gobierno y manejador de la mermelada. Su tarea es buscar romper los bloques de parlamentarios de los partidos conservador, la U y Cambio Radical cuya directiva ha sido oponerse a la iniciativa gubernamental; es un momento crucial en el que todo voto cuenta.
La experiencia y el estilo negociador que han caracterizado a Dussán desde su época de presidente del sindicato magisterial Fecode y del Polo Democrático, rol en el que fue clave para liderar, junto con Iván Cepeda, el partido hacia las toldas del Pacto Histórico, además de su paso por el propio Congreso, no lo liberan de suspicacias.
No son pocos quienes creen que va a los recintos parlamentarios con la mermelada lista en una entidad poderosa como Colpensiones con mucho para negociar. Ya de hecho no han faltado los nombramientos políticos, de su cuerda, en la multiplicación de asesores que han aterrizado para rodear la presidencia de la entidad encargada de las pensiones.
El turno para la reforma laboral, que incluye el tema de pensiones está próximo y para eso se afina Dussán, quien muy seguramente hará llave con Roy Barreras en un escenario que ambos conocen bien y se mueven con soltura. En estos días se le ve mucho más en los corrillos de la Comisión Séptima que en la presidencia de la entidad.
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