En algunas ocasiones se ha escuchado desde distintos sectores políticos que las embajadas o consulados no son más que cargos burocráticos con los cuales se pagan favores políticos. Aunque no me consta que así sea, lo que sí es cierto es que muchos embajadores o cónsules pasan sin pena ni gloria por sus respectivos cargos sin dejar un legado o alguna contribución significativa al país ni a los colombianos que habitan en las distintas latitudes del planeta.
Revisando nuestra actualidad diplomática vemos que algunos embajadores ni se les conoce la voz. Sin embargo, hay un embajador en una región de suma importancia para nuestro país como lo son los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que viene realizando una labor excelente en favor de nuestro país y de los colombianos que habitan en los EAU. Me refiero al Dr. Jaime Amin, quien desde el otro lado del mundo día a día aporta incansablemente para mantener abierta la puerta a mejores relaciones entre las dos naciones y vaya que el resultado en tan poco tiempo ha sido exitoso.
Se posesionó en el cargo a finales del año pasado y en no más de seis meses sus resultados son de resaltar: gestionó la donación de los EAU a Colombia por seis millones de dólares para enfrentar el COVID-19; medió para que a través de vuelos humanitarios regresaran al país los colombianos “varados” en los EAU durante la pandemia; trabajó para el fortalecimiento de los jóvenes emprendedores a través de la ministra de la Juventud de EAU; trajo nuevas perspectivas de inversión en nuestro país a través del director del Fondo Soberano de Desarrollo de Abu Dhabi; discutió acciones multilaterales de inversión pospandemia; firmó un ambicioso memorando de entendimiento para impulsar la cooperación cultural, fortalecimiento de la inversión en innovación, entre otros. De verdad, el esfuerzo del señor embajador, a pesar de la pandemia, ha sido loable y por eso merece ser reconocido.
De igual forma, y no menos importante, a través suyo nuestro país hoy tiene un canal diplomático activo, de alto valor y directo con los máximos líderes árabes, con quienes las relaciones pasan por su mejor momento, resultando esto en mayor inversión en nuestro país.
En fin, como se puede ver, cuando se habla de la carrera diplomática no todo es malo. Si bien hay personajes que merecen palo, también hay muy buenos embajadores, como el Dr. Amin, quien por sus excelentes resultados tiene más pinta de canciller.