El Centro Nacional de Consultoría, después de una encuesta en varias ciudades capitales, posicionó a Jacobo Quessep, alcalde de Sincelejo, como el séptimo mejor del país. La ciudadanía no logra explicarse dónde hacen las encuestas y mucho menos a quién le preguntan. En los círculos políticos la revelación del CNC levantó ampollas, pues es evidente que esta administración no ha arrancado.
Aunque no es el primero, sí es el séptimo y esto indica que Quessep hace un buen trabajo y está gestionando. Pero aquí sucede todo lo contrario.
Jacobo, de carácter muy calmado y entregado de lleno a los asuntos religiosos, es distinguido también por su fobia al trabajo. Quienes han asumido la administración del municipio han sido Arnulfo Roncancio --el asesor estrella venido de Montería, donde lideró varios procesos dejando en duda su honorabilidad—y quien ahora es aliado de Ómar Quessep Feria, papá del alcalde, inhabilitado para ejercer cargos públicos por la Procuraduría.
Según el Ministerio Público, el exfuncionario actuó irregularmente en la asignación de varias tierras a lo largo y ancho del territorio nacional, al favorecer a determinados actores, valiéndose de su posición dentro del Incoder. Hoy, tanto Jacobo como su padre disponen del presupuesto: contratan, despiden y los funcionarios de la Alcaldía se quejan de los abusos que ambos cometen.
En Sincelejo no ha iniciado una obra gestionada por Jacobo Quessep. La construcción del Plan de Desarrollo no arranca; la mortandad laboral en la Secretaría de Asuntos Sociales --liderada por los caprichos de su esposa Angélica Cuevas-- quien al igual que él, no conocen la administración pública. Y aunque Jacobo fue un personero que llegó a los barrios, por estos nunca más se le vio.
Jacobo encontró una ciudad con las finanzas saneadas y lista para ser bien administrada; su antecesor adelantó un buen trabajo social y de ahí a que garantizaran el triunfo de Quessep Espinosa en el 2015.
Consultamos a dos Concejales para que nos dieran su opinión sobre la gestión del señor Quessep. El primero, Conservador, lo define como un hombre flojo y poco interesado en la ciudad. La segunda, dice tener muchas reservas sobre la gestión y espera el informe de los primeros 100 días. Como ella misma plantea, “los sincelejanos tienen que saber qué tipo de Alcalde tiene. Había mejores opciones y gente con más ganas de hacer cosas por Sincelejo”.
Ambos coinciden en no querer revelar sus nombres para no contrariar a Quessep y su séquito de extraños amigos venidos del clan García (Gordo García, preso por la masacre de Macayepo). Este tiene tres Secretarías: hacienda, interior y planeación.
Pero tampoco a Yahir Acuña, quien controla la Secretaría Privada en cuerpo ajeno. Esta vez es Fabián Pérez, que viene de ser el secretario Privado del anterior alcalde de Coveñas, bastante cuestionado por el detrimento al erario público y al Clan de los Hermanos Nule, los mismos del carrusel de la contratación en Bogotá, quienes controlan la tesorería municipal a través de esposa Lola Rojas, tesorera Municipal, esposa de Jorge Bettin investigado en el proceso del Carrusel.
Dicen los concejales que rara vez pueden establecer comunicación con Jacobo. La asistente siempre tiene una excusa para que él no pase al teléfono, sin el arranque de los programas sociales --bandera de la pasada administración-- sin el inicio de la puesta en funcionamiento del sistema de transporte, en una ciudad donde los ciudadanos se sienten cada vez más inseguros y donde se reflejan altas tasas de desempleo, además de pocos estímulos para generar empresa.
El cobro de peaje para cualquier trámite o gestión ante la Alcaldía y la incapacidad de los secretarios quienes por desconocimiento no han podido arrancar sus labores surge una pregunta ¿a quién llamaron o encuestaron?
Sincelejo, la ciudad del encuentro, la que tiene todo para ser próspera y ciudadanos con calidad de vida óptima, lo único que le falta es un alcalde.
