Después de la caída de Otoniel el gobierno colombiano confirmó que pagará la recompensa de 3.000 millones que ofrecía por él. Una estrategia que, en este caso, funcionó, aunque en muchas ocasiones y que sirvió para que en un inmenso operativo capturaron al jefe del Clan del Golfo. Ante el resultado, el ministro de Defensa, Diego Molano, publicó el nuevo cartel de los más buscados por el gobierno y por los que ofrece hasta 4.000 millones. La cúpula del ELN e Iván Márquez son la obsesión del ministro que está empecinado en dar con ellos.
La cúpula del ELN, encabezada por alias Gabino, Pablito y Antonio García, tiene un precio de 4.000 millones de pesos. Sin embargo hay mandos menores por los que también están pagando los Estados Unidos 5 millones de dólares. El más destacado de ellos es Wilver Villegas Palomino, mejor conocido como El Puerco.
Este es el hombre que controla todo el tráfico de cocaína entre la frontera con Venezuela pero su radio de acción es el departamento del Magdalena. En la orden emitida por el Departamento de Estado dice: “Se busca a Wilver Villegas Palomino, un miembro de rango del Ejército de Liberación Nacional (ELN), por realizar actividades de narcotráfico para el Frente de Guerra Nororiental del ELN en la región del Catatumbo en Colombia y en Venezuela”.
Otro eleno, de nombre Felipe Alcocer Alvarino, mejor conocido como Pirry, es uno de los hombres más buscados en Antioquia y en el Sur de Bolívar. Es actualmente el comandante del Frente de Guerra Darío de Jesús Ramírez y quien participó en el secuestro del avión de Avianca en el año 2000. Es un hombre clave para entender la participación y el apoyo que supuestamente tendría el gobierno venezolano con el ELN. Por él pagan 1.000 millones de pesos.
La única mujer en este listado es una cachetada a la línea maoísta del ELN que ha impedido el ascenso a cargos de jerarquía a mujeres. Una rara excepción la da Emilce Oviedo Sierra, mejor conocida como Marta o La abuela, responsable del reclutamiento de menores para la organización y de las acciones armadas contra el Chocó. Es la comandante del Frente Occidental del ELN. Por ella pagan 1.000 millones de pesos.
Del otro lado están las disidencias de las Farc. Gentil Duarte es el más peligroso de todos y por él ofrecen 3.000 millones de pesos. Claro que otros guerrilleros como El Paisa, Iván Márquez o Romaña quienes pasaron a llamarse La nueva Marquetalia en un nuevo intento por regresar a las armas, hay uno cuyo nombre ha venido sonando en estos días, el temible John Mechas, amo y señor del Catatumbo.
Nadie, fuera del Catatumbo en Norte de Santander, sabía quién era John Mechas hasta el pasado 25 de julio cuando el helicóptero del presidente Iván Duque recibió varios disparos mientras intentaba aterrizar en Cúcuta. Dos días después las autoridades tenían el nombre de Javier Alonso Veloza, miembro del frente 33 de las Farc, nacido hace 39 años en El Tarra, uno de los lugares en donde los paramilitares, a finales del siglo XX, impusieron un régimen de terror que terminó con la vida de más de 1.200 personas en unos cuantos años.
John Mechas fue durante mucho tiempo el segundo de Iván Mordisco, otro de los que se negaron a dejar las armas y a someterse a los acuerdos de La Habana y actual mandamás de las disidencias de las Farc. En Tibú, en el corazón de la región, no se mueve una hoja sin que Mechas se entere antes. Sus ojos son los mototaxistas que se mueven en el pueblo y en las veredas aledañas.
El pasado 8 de octubre dos jóvenes de 12 y 18 años fueron sorprendidos presuntamente robando una tienda de ropa. Los jóvenes fueron atrapados por tres hombres que los amarraron con cinta. Uno de los captores incluso le pidió a la gente que en ese momento presenciaba el hecho que tomara videos y fotos para que la subieran a redes y que “a esas ratas les sirviera de escarmiento”. La idea, al principio, era entregarlos a la policía pero unas horas después aparecieron hombres armados y se los llevaron. Al otro día, muy temprano, los encontraron amarrados al lado de la carretera, cada uno tenía un tiro de gracia.