Como de costumbre, Iván Duque vuelve a buscar tropel con los organismos internacionales en el tema de la crisis de derechos humanos, en lo que él mismo ha considerado un "entrometimiento a la soberanía nacional". Lo anterior luego de que expresara ante los medios la discrepancia con el informe presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en el cual se mostró una considerable preocupación por el tema del abuso de fuerza, el uso indiscriminado de la fuerza letal por parte de la fuerza policial y los numerosos casos de ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzadas en el marco del paro nacional.
Después de las últimas declaraciones hechas por Iván Duque, en las cuales expresó profunda discrepancia hacia el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación sobre la situación antes mencionada, quedan en claro dos cosas. Primero, la animadversión de Duque frente a cualquier organismo del derecho público internacional que emita conceptos poco favorables sobre el actuar de su gobierno en materia de DD. HH., el cual es visto como poco claro y difuso. Segundo, la completa ignorancia del submandatario en principios de derecho internacional, más específicamente en el tema de la universalidad de los DD. HH.
Justamente son estos aspectos los que hacen que Duque busque formar riñas con los organismos internacionales como niño malcriado al que no le gusta que le digan lo que está mal. Contextualmente, esta no sería la primera vez que el submandatario caza pelea con organismoss internacionales de derechos humanos, ya que aún se recuerda las crudas declaraciones que hizo en febrero del 2020 contra el informe de la ACNUDH sobre la crítica situación de derechos humanos en el país, en las cuales calificó de forma pedante e irresponsable la gestión de la ACNUDH como una "intromisión en la soberanía".
De hecho, a la final ignoró y desatendió las recomendaciones hechas por el organismo, las cuales son exactamente iguales a las hechas estos días por la CIDH en su informe, lo cual conllevó a que la crisis se agravara más y se aumentara el número de líderes sociales y excombatientes asesinados, y el número de masacres, sin mencionar además de que esto mismo fue lo que provocó directamente los hechos del 9S en Bogotá.
El trato pedante de Duque frente a organismos del derecho público internacional que difieren en su dudosa gestión en materia de DD. HH. y su desconocimiento total de la universalidad de los mismos, sumándole además su indiferencia hacia las víctimas del abuso de la fuerza pública, su mirada miope frente a crisis de violencia y su desconexión en lo que Gaitán definía como el país real, dejan ver cómo el desgobierno de Duque se equipara al régimen de Nicolás Maduro, por cuanto ellos viven de pelea en pelea con la comunidad internacional. Te conviertes a veces en lo que odias. En otras palabras, se deja entrever el desprecio de Iván Duque por los derechos humanos.
Como nota adicional y ante las serias declaraciones del fiscal Francisco Barbosa y de sectores radicales del Centro Democrático en las cuales se está estigmatizando y acusando en los medios de forma arbitraria e irresponsable de terroristas a los jóvenes de la primera línea, y sumado a esta nueva pelea de Duque contra la comunidad internacional por temas de DD. HH., podemos estar en la antesala de otro exterminio de gran magnitud. De ser así, el gobierno de Iván Duque Márquez ha llegado a un nivel elevado de totalitarismo, por lo que deberá ser llevado y responder ante la Corte Penal Internacional por graves delitos de lesa humanidad si esta desbordada guerra sucia conlleve a un genocidio general contra el pueblo colombiano en todos los aspectos conocidos.