No existe un colombiano más preocupado que Iván Duque. Sus ojeras así lo atestiguan. Si tenía problemas antes de que arrancara el virus en Colombia, estos se han multiplicado con la crisis desatada por el Coronavirus. Algunos dicen que el presidente lo está haciendo muy bien. Se han aferrado como un náufrago a un tronco a los números y estos son engañosos. Hasta el Procurador las pone en duda. Es que con tan pocas pruebas ¿cómo es posible sacar conclusiones?
Hace unos días hasta Semana, órgano oficial del gobierno, sacaba campante un confidencial donde expresaba su admiración porque la curva se estaba aplanando. Dios, qué temprano sacar conclusiones y qué peligroso. Envalentonado el Presidente, quien es apenas un vocero de los grupos económicos, sacó esa falacia llamada Aislamiento Inteligente. Inmediatamente políticos como Carlos Fernando Galán sacaron notas referentes al desastre que esa medida significó en países con mejores sistemas de salud que el nuestro como Holanda.
En entrevista con El Tiempo Duque afirmó que sólo a finales de esta semana se haría pública la posición del gobierno. Inmediatamente empresarios como Arturo Calle gritaban a los cuatro vientos la molestia que les significaba el alargue de la Cuarentena. La única que parecía consecuente era Claudia López. Si, por un momento pensé que el presidente ya había diseñado un plan para hacer pico y placa a la gente, para liberar de la medida a ciudades que tenían muy pocos casos como Cúcuta, pero debe ser que los científicos le dijeron que, si no tenían pruebas suficientes, cómo se les ocurría hablar de que la cosa iba bien.
En fin, el presidente escuchó a la gente en redes sociales. Escuchó a la mayoría. Malo, si el presidente estaba tan seguro lo mejor era seguir su plan. Pero es que parece que no tiene plan. Necesitamos alguien con don de mando, algo que muy pocos países tienen. En Japón, Alemania y Corea, los países que mejor ha respondido a la crisis, se sabe que hacer simple y llanamente porque son las democracias que más invierten en investigación científica. Si nosotros tenemos de asesor científico a un científico de dudosa reputación como Manuel Elkin Patarroyo, ¿qué podemos esperar?
Si, el presidente, como todos en el mundo, está sobrepasado por la situación. Si va a tener una postura lo ideal es que se mantenga en ella. Por ahora lo que deben hacer sus seguidores es no cantar victoria. El aplanamiento de la curva solo se la come Semana y los uribistas más optimistas. Pero parece que no tiene idea, que no sabe que es lo mejor. No me pidan aplaudirlo, yo, como ciudadano, lo único que haré es ejercer mi derecho a la crítica.