Iván Duque: entre el egocentrismo y la indecisión

Iván Duque: entre el egocentrismo y la indecisión

"El señor presidente, como dice Claudia López, en un infantil juego de poder y egocentrismo, desautoriza lo que ellos tratan de hacer para proteger a sus pueblos"

Por: JUAN CARLOS ESPINEL
marzo 19, 2020
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Iván Duque: entre el egocentrismo y la indecisión
Foto: Twitter @ivanduque

Todo el mundo está en crisis por el desdichado coronavirus. Ya no importa si los culpables son los chinos o los estadounidenses. Si es una mutación –no creo en las mutaciones-  o es una gripa nueva más mortal; si fue porque un chino comió murciélago sin bien cocinar o fue porque los soldados gringos infectaron chinitas flacas en los juegos deportivos militares de 2019.

Lo que importa es cómo lo están resolviendo los líderes del mundo y cada país. Maduro al menos, en Venezuela, bajó la cabeza y se tragó el orgullo y llamó a Duque y pidió ayuda al FMI, aunque deshumana esta institución se vengó negándosela, sin importar los viejitos venezolanos. El presidente de Italia aceptó que se equivocó, eso se le abona, y enmendó el error ahora sí ‘puyando el burro’ y conminando en cuarentena obligatoria a 60 millones de personas (como debe ser).

Ecuador, Perú, Chile y 190 países más de 208 que hay en el mundo, cerraron fronteras, incluyendo la UE , Rusia y China. Sólo el tórpido egocentrismo del presidente colombiano, la falta de decisión, el titiriteresco interés comercial detrás de El Dorado o todo junto, han hecho que hoy por hoy Colombia sea el único país con aeropuertos abiertos, y probado está que más del 80 por ciento de los contagiados de Covid19 llegaron y entraron por el aeropuerto de Bogotá.

Y cuando alcaldes y gobernadores como los de Bucaramanga, Cúcuta, Córdoba, Tolima, Valle y Norte de Santander, entre otros, sí toman decisiones para los que fueron nombrados, el señor presidente, como dice Claudia López, en un infantil juego de poder y egocentrismo, desautoriza lo que ellos tratan de hacer para proteger a sus pueblos.

Mediante el decreto 418 del 18 de marzo de 2020, los ministros subalternos de él (igual que el fiscal?), reconocen la suprema autoridad del presidente en el manejo de orden público, pero se olvidan que esto no es asunto de orden público ni siquiera de seguridad nacional, es de vida o muerte.

Y es de vida o muerte no porque el COVID19 sea tremendamente mortal, sino porque la gran difusión y contagio exponencial hacen colapsar el escaso y exiguo sistema hospitalario colombiano. Si en Italia deben escoger quien vive y quien muere por falta de atención médica suficiente para todos, ¿qué podremos esperar en Colombia?.

Es claro que en la Shaio y en la Santafé no morirá nadie y más bien es un negocio para las IPS privadas, y al fin y al cabo los Rogelios Pataquivas, los ñeros y los habitantes de a píe de los llanos poco importan más allá de las estadísticas nacionales.

Prima más el interés monetario de bancos, El Dorado y multinacionales que los indiecitos colombianos que votaron por Duque. Bueno, si hubiera sido Petro a lo mejor tampoco habría mucha diferencia. Y no la habría porque la enemistad política y los egocentrismos chocan entre Duque y López, como chocan también entre esta y Petro. Y el pueblo que se joda.

Es claro que esta pandemia va a limpiar el mundo. Ha obligado a todos a hacer lo que deberían hacer siempre: acostarse temprano, no beber, no cogerse las mujeres y los hombres ajenos, cuidar el aire y el medio ambiente, no ser tan consumistas de cambiar celular cada año (los de Cedritos los cambian cada seis meses), volver a las botellas de vidrio para las gaseosas. Todo mundo se volvió hogareño y casero, hacen deporte en casa, comen natural, aman de repente a los hijos sin dejar de querer a los perros que declaraban amar como hijos antes del COVID19, en fin, cambios de costumbres para bien.

Sea en Shangai, en Quito, Milán o Bogotá, los humanos son mejores ahora, parece. Pero igual, la pandemia  limpiará el mundo. Varios miles de viejos y muchos indeseables, por mera selección natural se irán este año y en unos más, con los pulmones anquilosados por fibrosis. Lo malo es que también se llevará buenos hombres y mujeres que como en Italia eligieron mal. Y el error de un presidente les cuesta la vida.

Así pasará desafortunadamente en Colombia, si Duque no (se) aprieta los ‘cajones’, deja de ser egoísta y ególatra niño bien, y actúa como verdadero estadista, tomando decisiones drásticas que apoyamos la mayoría de colombianos.

De nada sirve que él nos mande lavar las manos cada hora si por El Dorado sigue entrando, como dice Matador en una caricatura, el coronavirus Covid19. No se desestime el peligro, como lo hizo un ministro mal recordado en 1985 cuando dijo que para qué evacuar Armero, y su desidia o ceguera nos costó la bobada de 25 mil muertos y una ciudad aun enterrada. Hoy puede ser peor.

De eso es que te hablamos, viejo

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