Con el escándalo de Centros Poblados el banco Itaú quedó en alerta por las garantías falsas que presentó el consorcio para ganarse el billonario contrato. Sin embargo, no fue un caso singular y el mismo modus operandi se repitió en la Empresa de Servicios Públicos de Cali, Emcali, y su gerente Juan Diego Flórez se vio obligado a terminar dos contratos con los consorcios Renovación Puerto Mallarino y Clarificación Puerto Mallarino, pues también presentaron documentación falsa del Banco Itaú. Y es que las dos sociedades, conformadas por las mismas tres empresas, tiene entre sus integrantes a Herles Ariza, quien sería el hombre de los negocios de Emilio Tapia que pone su nombre para que el excontratista siga aruñando recursos públicos.
Por tales razones, el presidente de Itaú, el argenito Baruc Sáez, encargado de toda la oficina en Colombia, se vio obligado a facilitarle a la justicia todas las garantías que han entregado a empresas para ganarse contratos públicos. Internamente ya estaban adelantando una auditoría, pues el nombre de la entidad financiera quedó en entre dicho a pesar de ser víctima de estos entrerramados de corrupción. Itaú ha tenido que pagar los platos rotos de la corrupción y hoy el banco está centrado en la revisión documental de sus certificaciones.