El neoliberalismo no se impone solo como un proyecto político y económico, sino también como un conjunto de valores que deben ser aceptados por la gente, para que sean funcionales en este sistema. Un proyecto como el neoliberal que busca acabar con cualquier regulación económica del Estado y que deja el desarrollo ciudadano en manos de la empresa privada viene acompañado de valores como el individualismo y la competitividad, los cuales se promueven a través del cine, la publicidad, el entretenimiento, etc. Sobre esto se ha escrito bastante, pero deberíamos empezar también a pensar en el lenguaje que busca promover en la gente este tipo de valores.
En la actualidad escuchamos con mayor frecuencia términos como liderazgo, emprendimiento, meritocracia, innovación, conectividad, creatividad, entre otros. Dichos términos que aparecen en el discurso de políticos, gerentes, buscadores de talento humano y demás, promueven la idea de que un hombre en constante formación, creativo, con buena actitud frente al trabajo e innovador puede lograr todo lo que se propone. Lo cual implica también que no necesita de un Estado que garantice sus derechos, tampoco requiere de la sociedad, ya que todos los demás individuos son competencia para él.
Este discurso que nos hace subestimar las ventajas del Estado fue la constante en el reclamo que Isabella Wills hacía en días pasados. Ella, como todos pudimos observar, señalaba que la marcha de Fecode era una insensatez, pues tales reclamos al Estado obstaculizaban la producción y la circulación de bienes y servicios. Indicaba también que a los profesores nadie les debe nada, es decir no hay derechos adquiridos, y que por el contrario son ellos los que le deben a la sociedad.
Sin embargo, la señora Wills no está sola en esto, ya que lo mismo vemos también en los reclamos que mucha gente hace cuando se producen estas manifestaciones en el espacio público. Hemos escuchado con frecuencia que mucha gente sale a decir que las protestas deberían hacerse en días en que la gente no tenga que trabajar o en horarios que no generen complicaciones para la movilidad. En otras palabras, si quieren protestar háganlo, pero no le pongan obstáculos a la producción y al bienestar individual.
Como pueden ver, la señora Wills está presente en la forma de pensar de gran parte de la población que subvalora el bienestar social que debe promover el Estado. Ella junto con los que piensan de manera similar son la muestra del buen trabajo que ha hecho el neoliberalismo al promover sus valores y crear sujetos funcionales para este sistema.
