Florentino Pérez nunca pierde. Es de esos negociantes voraces, un invicto insaciable. Desde el 2016, cuando James perdió la titularidad a manos del técnico Rafael Benitez, Florentino estuvo obsesionado con recuperar los 100 millones de euros que pagó el club en el verano del 2014. En ese momento eran pocos los jugadores más cotizados que el cucuteño. A los 23 años había salido goleador del mundial de Brasil y su techo no parecía tener límites. Pero las lesiones lo fueron mermando.
James fue prestado al Bayern en el 2017 y el club Bávaro quería comprarlo pero nunca pudieron cumplir las expectativas de Florentino quien no lo iba a vender por menos de 60 millones. Al final terminaron devolviéndolo y en una operación donde todos perdieron. Dejó pasar el tiempo y James terminó yendose al Everton, el equipo de Carlo Ancelotti gratis.
Si, después de meses de controversia, se confirmó la noticia. Según Marcel Brands, director de fútbol de Everton, "fue uno de los períodos de transferencia más difíciles y extraños de todos los tiempos. La pandemia estuvo claramente involucrada en esta ventana. Contratamos a seis nuevos jugadores. Tres en una transferencia permanente: Allan, Doucouré y Godfrey. Uno gratis: James Rodríguez. Uno en una compensación por entrenamiento: Nkounkou. Y un préstamo sin comisión: Robin Olsen".
Con esto y sin proponerselo James se vengó de un club que aunque le dio mucho, le quitó otro poco.