Al abordar el problema del manejo de residuos con alguna empresa o gremio, siempre es grato partir de bases de conocimiento similares y que no parezca que uno les está hablando en chino.
En el caso de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), lo que en general se conoce como jerarquía de gestión de residuos (evitar, reducir y reutilizar antes que reciclar o desechar), lo han abordado desde la perspectiva de las llamadas tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, para un consumo más responsable y sostenible.
Esto es un buen punto de partida para las diversas acciones que el gremio exportador de flores ha adoptado para encarar el problema del exceso de residuos plásticos de un solo uso en la industria.
Buen ejemplo de ello es el acopio de desechos plásticos, para su retorno y reciclaje en Colombia, por parte de un afiliado que comercializa sus flores en Estados Unidos.
Por lo mismo, el gremio no es indiferente al excesivo uso de plástico en la presentación de ramos al consumidor final (como se ve en Colombia), pues en gran parte promueve iniciativas para el desarrollo de materiales alternativos, siendo muchas las empresas afiliadas las que ya trabajan con sus mercados destino en el uso de materiales biodegradables derivados de la yuca o el maíz.
No obstante, ha sido un desafío alcanzar una amplia acogida de estos materiales, dadas las exigencias estéticas de mercados como Estados Unidos, donde la presentación y transparencia juegan un papel importante en las preferencias de los consumidores.
Para abordar todas estas inquietudes, un equipo interdisciplinario de Asocolflores respondió al siguiente cuestionario.
Un principio básico de la producción y el consumo responsables es la llamada jerarquía de residuos. ¿Qué hace Asocolflores para reducir los plásticos de un solo uso?
La jerarquía de residuos a la que se hace referencia la asimilamos desde Asocolflores como la filosofía Greenpeace de las tres R de la ecología, la cual venimos promoviendo desde hace más de 25 años.
Esta estrategia, que se implementa y trabaja conjuntamente con las empresas floricultoras y sus clientes finales, nos ha permitido reducir los niveles de desechos y trabajar con materiales reciclables que encajan de manera eficiente dentro del marco de sostenibilidad bajo el cual operamos.
Es importante anotar que nuestro trabajo no se limita a la producción en Colombia; también tenemos en cuenta los requisitos y necesidades de quienes compran nuestras flores, la gran mayoría en el extranjero (Colombia exporta más del 95 % de su producción de flores), quienes con frecuencia miran más allá de la calidad y requerimientos de mercado.
Como asociación identificamos y promovemos la responsabilidad compartida con la cadena de comercialización y el consumidor final en la disposición de residuos, su reducción, reúso y reciclaje, sin transferir o delegar dicha responsabilidad al consumidor.
Las alianzas y acuerdos interinstitucionales, así como los programas de los que somos parte y promovemos, y que soportan nuestra gestión incluyen:
- Programas ambientales que se desarrollan desde la Dirección de Asuntos Ambientales y Sostenibilidad encaminados a implementar las mejores prácticas para el manejo y gestión de residuos.
- Estándares de gestión responsable de residuos que son mandatorios en las certificaciones de sostenibilidad, como Florverde Sustainable Flowers (FSF).
- Acuerdos voluntarios con entidades públicas o privadas, como el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), o la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), orientados a implementar proyectos de economía circular, donde el manejo de plásticos es un eje fundamental.
Otras iniciativas en curso relacionadas con el manejo y disposición de plásticos usados en la floricultura son:
- En el marco de la Visión 30/30 de la ANDI y el Grupo Retorna, colectivo que agrupa 290 empresas de 27 sectores productivos, se conformó en 2020 la “Alianza Florece” entre la ANDI y Asocolflores, dirigida a empresas que buscan promover la economía circular mediante la gestión integral de residuos de envases y empaques, y de posconsumo de manejo especial y diferenciado que se generan en la producción de flores. Esta alianza contempla actores como empresas floricultoras, gestores de residuos y empresas transformadoras. En su etapa inicial, busca capacitar a colaboradores del sector sobre la separación y disposición de envases y empaques de cartón, papel, plástico, vidrio y metal de un solo uso generados en actividades anexas al proceso productivo.
- Desde 1998, trabajamos con la Corporación Campo Limpio, una solución ambientalmente sostenible para los envases vacíos de plaguicidas que se utilizan en la agricultura, promovida por CropLife América Latina en 18 países y ejecutada conjuntamente con asociaciones nacionales, con la participación de fabricantes, importadores, distribuidores, productores y autoridades. El programa de manejo de residuos está enfocado en la recolección puerta a puerta de envases, empaques y envolturas de pesticidas usados en la floricultura y de 18 toneladas que logramos recoger en 1998, en 2020 esta cifra ya era cercana a las 300 toneladas.
En cuanto al uso de capuchones plásticos, Asocolflores impulsa activamente entre sus empresas afiliadas la reducción y búsqueda de alternativas distintas al plástico. Algunos ejemplos son:
- Láminas plásticas en cajas de flores: Muchas de las flores exportadas a mayoristas no se empacan en capuchones individuales sino protegidas con una lámina única, que cumple satisfactoriamente su función de evitar detrimentos a la calidad. Esta simple acción reduce significativamente el uso de capuchones individuales, que son innecesarios dentro de esta modalidad de comercialización.
- Capuchones biodegradables: Varias empresas de la sabana de Bogotá experimentan con capuchones de plástico biodegradable elaborados a base de maíz, caña de azúcar, fique y otros materiales alternativos. Aunque ha sido difícil lograr las especificaciones necesarias de protección y garantía de calidad de producto final, que incluyen respuesta al transporte y la cadena de frío, y por ende influyen directamente en su vida útil, las perspectivas son optimistas.
- Reemplazo de capuchones de plástico por papel: Esta opción se usa entre consumidores de Europa y Asia desde hace años, lo que reduce el uso de capuchones de plástico de manera significativa. Sin embargo, presenta retos para mantener niveles adecuados de humedad en las flores que pueden incidir en su calidad (por ejemplo, al propiciar el desarrollo de algunas plagas y enfermedades de poscosecha), razón por la que no puede utilizarse para todas las flores ni en todas las circunstancias. Además, algunos clientes no encuentran atractivos los capuchones de papel.
- Retorno de desechos plásticos a Colombia: Esta iniciativa, desarrollada por una empresa afiliada a Asocolflores que comercializa flores en Estados Unidos, consiste en recoger y retornar a Colombia las láminas de plástico (PET transparente) que se usan para proteger las rosas. Desde sus instalaciones en EEUU, la empresa separa, almacena y acopia las láminas hasta lograr un acumulado de 18 toneladas, que equivale a un contenedor de 20 pies. Los costos del retorno los asume el proveedor de láminas, quien “paletiza” nuevamente el material para ser reincorporado en las mismas láminas o en otro producto. Esta iniciativa no solo se traduce en un ahorro de materia prima, sino que satisface exigencias de los consumidores y contribuye a la excelente imagen de esta empresa –y de las flores colombianas– en el exterior.
El uso y la correcta disposición de capuchones es de cualquier forma un reto –como lo es el de cualquier material plástico– y Asocolflores busca soluciones al mismo desde hace años.
Es importante anotar que un empaque adecuado es crucial para mantener la calidad y duración de las flores, factores esenciales para el negocio.
El capuchón es esencial para proteger las flores de cualquier daño o abrasión, a la vez que contribuye a conservar una temperatura y humedad adecuadas que, junto con la cadena de frío, contribuyen a evitar la aparición de plagas y enfermedades que las deterioren.
No menos importante es la función que cumple como empaque para portar las flores, especialmente en el caso de ramos que se venden listos para ser adquiridos por el consumidor final.
Una gran proporción de estos últimos son preparados en Colombia y enviados directamente a los mercados, listos para ser vendidos. El plástico (polietileno/polipropileno/PET) cumple con todos estos requisitos de forma simultánea, y su reemplazo por otros materiales no resulta sencillo. La adopción de nuevos materiales obviamente debe concertarse con los compradores.
¿Qué tanto plástico se usa o se ha logrado reducir al año en Colombia en la producción de flores de exportación?
Nuestro sistema de Indicadores de Impacto, Monitoreo y Evaluación da gran importancia a la gestión de residuos, indicador que cuantifica el uso y generación de materiales, así como su posterior reutilización, aprovechamiento o adecuada disposición. Es un proceso que se ha implementado en las empresas de flores desde hace años y de forma muy significativa desde 2013.
La cuantificación nos ha permitido avanzar en ejercicios de reciclaje, reúso y reducción de plásticos en muchas de las fincas floricultoras. Actualmente, estimamos que la reducción de uso de plástico se encuentra alrededor de 70 toneladas menos al año, en comparación con datos de hace algunos años.
El mejor residuo es el que no se genera, pero en su defecto ¿qué porcentaje de todo el plástico utilizado en la industria se logra reutilizar o reciclar?
La gran mayoría de los capuchones no se queda en el país, toda vez que acompaña las flores que se exportan. De ahí que la respuesta a esta pregunta está ligada a las regulaciones y acciones que toman los importadores y consumidores finales de nuestras flores en el exterior. Existe siempre una estrecha comunicación con los clientes y en muchos casos se trabaja conjuntamente para cumplir con normas y exigencias de dichos mercados.
Lo que sí podemos afirmar es que se utilizan plásticos 100 % reciclables y que, junto con plásticos destinados a otros usos (empaques, plástico para invernadero, etc.), los capuchones y láminas que se desechan en los cultivos de flores en Colombia entran de lleno a los programas de reciclaje implementados por el sector a nivel nacional.
¿Hay campañas que desincentiven abiertamente el uso del plástico de un solo uso para privilegiar materiales más creativos o amigables con el ambiente?
Como se mencionó anteriormente, muchas de las empresas trabajan estas alternativas con sus compradores desde hace años. Asocolflores no comercializa directamente las flores; esta actividad es emprendida por los exportadores.
En Colombia, cuando uno pregunta a vendedores en la calle por qué usan tanto plástico, ellos se justifican diciendo que los distribuidores ya los venden así, en una cadena larga de consumo poco responsable. ¿Qué hace Asocolflores en materia de prevención y educación de comercializadores y clientes?
Hay que recordar que los afiliados a Asocolflores exportan cerca del 95% de su producción total.
A nivel nacional, entre las alianzas, iniciativas y programas antes mencionados, está claramente definido un objetivo de trabajo con actores, que incluye sesiones de gestión del conocimiento, mantenimiento de una agenda y hoja de ruta claras para empresas floricultoras, gestores de residuos y empresas transformadoras.
Así mismo, nuestra participación en las mesas de trabajo con el MADS propende por fortalecer la regulación ambiental para el sector en el marco de la estrategia Estado Simple, Colombia Ágil.
La meta como sector es buscar siempre un mejoramiento continuo de nuestro desempeño ambiental, mejorando siempre la competitividad de los actores de la cadena.
A nivel internacional, como ya se mencionó, trabajamos con importadores, asociaciones e iniciativas internacionales. Somos parte activa de la Iniciativa de Floricultura Sostenible (SFI, las siglas en inglés), que se ha trazado metas de transparencia, responsabilidad en la producción y la comercialización de flores, impacto positivo y mejoramiento de su cadena de distribución.
Esta iniciativa busca que a 2025 el 90 % de las flores que se comercialicen en el mundo sean sostenibles, es decir certificadas por una tercera parte bajo cualquier estándar presente en la canasta de estándares de FSI; en donde se encuentra Florverde Sustainable Flowers, estándar 100% colombiano, al alcance del mundo.
Aunque casi toda su producción se exporta. ¿Qué tanto preocupa a Asocolflores el exceso de plástico en la presentación de ramos en Colombia?
Las iniciativas mencionadas en pro de la economía circular avanzan como una estrategia sectorial. Trabajar con materiales reciclables, biodegradables y sostenibles es una necesidad no solo del sector floricultor: se extiende a todos aquellos productores que en sus procesos usen plástico. Es la tendencia actual que impone el mercado. Cada día tenemos más consumidores conscientes de cuidar el planeta para nuestras generaciones futuras.
Las alianzas, acuerdos y programas intergremiales e interinstitucionales de los que somos parte garantizan acciones en pro de la producción, y al final terminamos creando conciencia e impactando a quienes aún no se han unido a estas iniciativas.