"Realmente tuve muchos sueños cuando era niño, y creo que gran parte de eso surgió del hecho de que tuve la oportunidad de leer mucho"
Bill Gates
Nuevamente el presidente colombiano Gustavo Petro coloca sobre la mesa un tema cuya discusión parece haber sido ignorada debido a que contraría los intereses de algunos que hasta hace poco tiempo ostentaban el poder.
Soportado en datos no tan recientes (ya que corresponden a las pruebas Pisa realizadas en 2018[i]), alertó sobre el penúltimo lugar del país entre los integrantes de la OCDE y sobre la necesidad de mejorar la calidad de la educación principalmente en áreas como matemáticas y ciencias.
Aunque la publicación del presidente es reciente, la Encuesta de Calidad de Vida realizada por el DANE en 2003 ya avistaba sobre la necesidad de que el Estado interviniera para eliminar los obstáculos, principalmente los económicos, para que las niñas, niños y jóvenes pudieran acceder a la educación. En aquel entonces la encuesta señalaba que el 6.5% de las y los menores entre los 5 y los 11 años estaban por fuera de la educación y de ellos el 20.7% no asistían por razones esencialmente económicas. Igualmente se demostraba que esta circunstancia se agravaba con la edad. En la población de 12 a 17 años la proporción de jóvenes que no podían acceder a la educación era increíblemente de la mitad[ii].
Sería por esta época que la senadora liberal risaraldense María Isabel Mejía Marulanda presentaría en compañía de varios senadores el Proyecto de Ley No. 02 de 2004, “por el cual se modifica el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia”. Este proponía:
La educación será gratuita en las instituciones del Estado. La prestación de este servicio público por las entidades estatales de educación básica dará satisfacción a las necesidades de nutrición, transporte, salud y útiles escolares de los estudiantes. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo. La nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación, y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.
Sin embargo, no sorprende que dicho proyecto terminara siendo archivado por vencimiento de términos debido al aplazamiento de las audiencias necesarias para su aprobación[iii]. Sin lugar a dudas, para los miembros de aquel honorable Congreso la educación de las niñas, niños y jóvenes no era una prioridad o afectaba sus intereses.
Economista de la Michigan State University, la senadora Mejía Marulanda prestó un destacado servicio público por más de veinte años como alcaldesa del municipio de Pereira, gobernadora del departamento de Risaralda, diputada del mismo departamento, representante a la Cámara y Senadora, por lo que conocía de primera mano la situación de las familias más pobres de su región y la oportunidad que brinda la educación para salir de esta precaria situación, lo que la motivó a insistir el año siguiente con algunos de los mismos senadores que la apoyaron la primera vez y otros adicionales a presentar un proyecto de ley en el mismo sentido, el No. 18 de 2005, el cual desafortunadamente también tendría el mismo final[iv].
Y aunque algunos declaran que la tercera es la vencida, este no sería el caso para la senadora, quien aprovecharía para presentar el Proyecto de Ley No. 13 de 2009 al ingresar como sucesora del entonces senador tolimense Carlos García Orjuela, quien renunciaría a su curul para atender ante la Fiscalía General de la Nación las acusaciones de integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia de las cuales saldría absuelto teniendo el ente acusador que ofrecer disculpas públicas a quien hubiera ejercido como presidente del Congreso.
Aunque este proyecto de ley sería apoyado por el entonces senador y hoy presidente, entre otros, parece que terminará como sus dos antecesores, archivado por vencimiento de términos[v].
Resulta incomprensible que a pesar de resultar tan evidente la necesidad de que el Estado garantizara el adecuado cubrimiento del servicio de educación asegurando a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo, nadie hubiera hecho nada cuando estas iniciativas naufragaron en el mar de la burocracia: ni la presidencia, ni el Congreso, ni los medios de comunicación, ni los sindicatos de profesores, ni las asociaciones de padres de familia, ni las comunidades religiosas (que tanto han contribuido con la educación), ni nadie.
Hoy como ayer cursa en el Congreso no solo un proyecto de acto legislativo sino dos, identificados con los números 27 y 081 de 2022, que buscan nuevamente modificar el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia para ampliar la garantía mínima del derecho a la educación otorgándole un carácter de obligatoriedad específicamente para los menores de dieciocho años, elevando a rango constitucional el derecho de satisfacer las necesidades básicas de las y los estudiantes en cuanto a nutrición, transporte en zonas de difícil acceso, salud y útiles escolares[vi]. ¿Tendrán estos proyectos igual destino que sus antecesores?
De acuerdo con las cifras oficiales del Sistema de Matrícula Estudiantil del Ministerio de Educación (Simat), La deserción de los estudiantes en Colombia continúa siendo igual a la registrada en 2003, un poco menos de la mitad de las niñas y niños que entran a primero de primaria no terminan el bachillerato[vii].
Que hoy un presidente ponga la lupa en el tema de la educación como una necesidad apremiante para combatir la falta de productividad, riqueza y el subdesarrollo es en efecto un cambio, sin embargo no resulta suficiente.
Es necesario que se concrete la intención de que el Estado avale los talentos de los niños y jóvenes y asegure su educación como lo que es, una herramienta que les permitirá mejorar su situación económica, alejándolos de la violencia y los diferentes vicios que abundan en las calles.
Cuando en la postrimería del recién finalizado 2022, Bill Gates, fundador de Microsoft y el cuarto hombre más rico del mundo, habilitó en la red social Reddit la herramienta AMA (Ask Me Anything o Pregúntame lo que sea), sorprendió a quien formuló la siguiente audaz pregunta con una respuesta aún más temeraria: “¿Cuál es tu mejor consejo financiero personal para las personas que ganan menos de 100.000 dólares al año?". Su respuesta fue: "invierte en tu educación"[viii].
[i] Colombia se ha mantenido en últimos lugares de prueba Pisa en recientes ediciones
[ii] La gratuidad en la educación básica, Rodrigo Uprimny Yepes, Junio 30 de 2006.
[iii] Proyecto de Ley No. 02 de 2004
[iv] Proyecto de Ley No. 18 de 2005
[v] Proyecto de Ley No. 18 de 2005
[vi] Gaceta del Congreso - jueves 29 de septiembre de 2022
[vii] Gaceta del Congreso - jueves 29 de septiembre de 2022
[viii] Estas son las dos inversiones "clave" que tienes que hacer en 2023, según Bill Gates