Las quejas de los clientes de Inversiones Solidarias a quienes les vendieron un negocio que no resultó llevaron al superintendente financiero Cesar Ferrari a actuar. Dio vía libre a la investigación contra la sociedad cuyo representante legal es Ángel David Fuentes Pinto. Por lo menos 24 personas, a corte de marzo de 2024 habían entregado dinero a Inversiones Solidarias S.A.S, el total de los montos de la pirámide ascendía a $2.991.700.000.
Los registros financieros de la empresa lo decían todo. Los libros encontrados y con números del año 2022 dieron un patrimonio líquido de $462.332.000, dando la idea que las obligaciones contraídas superaban el 50% del patrimonio. El dato contable no era el último detalle importante.
La organización pedía el dinero y en contraposición el “beneficiario” recibía el 100% del capital en un periodo de seis a doce meses más un “rendimiento”, el cuál oscilaba entre el 3% y el 7% del monto original.
Otro resultado de la investigación de la Super fue que la empresa no podía demostrar una actividad comercial concreta, un punto extraño si se tiene en cuenta las utilidades prometidas. Por otra parte, los antiguos clientes de Ángel David decían que él era un “gestor” e “invertía en acciones, bonos, derivados financieros, entre otros valores en la Bolsa de Valores de Colombia”; sin embargo, en la Bolsa no apareció el registro de Ángel y tampoco habían huellas de Inversiones Solidarias SAS.
La Superfinanciera por no encontrar papeles en Bolsa y por las quejas decidió imponer una suspensión inmediata a Inversiones Solidaria por recaudo no autorizado de dinero. La sanción quedó en firme con la resolución número 0905 de 2024, expedida el tres de mayo de 2024. Además de la sanción la entidad recomendó a los clientes tener mucho cuidado con los negocios que prometen rentabilidades altas y además mirar con detenimiento a todos los involucrados.
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