Las agresiones se presentan a escasas cuadras de donde funciona la administración municipal, el concejo y la inspección de policía, se ve intensificada propiamente en un lugar icónico para los Bellanitas, las afueras de Casa de la Cultura Cerro del Angel.
Durante los últimos 5 años, el Municipio de Bello en su zona centro, ha sido testigo de un sistemático proceso de agresiones contra jóvenes que hacen uso del espacio público, lo que ha sido denunciado e informado en diferentes ocasiones ante personería municipal, fiscalía, entre otros organismos relacionados con la defensa de los Derechos Humanos. Al final del siguiente informe, dejaremos varios links que respaldan las situaciones acá narradas
Son múltiples los motivos para que estos actores violentos, quienes paradójicamente son jóvenes en su mayoría, agredan a otros jóvenes, muchos de los cuales son parte de la comunidad rockera, tan grande en el municipio; muchachos entre los 17 y 30 años que circundan bares, aceras, escalas y otros espacios en lugares cercanos a La Casa de la Cultura y la plazuela Andrés Bello, mejor conocida como “La Choza”, chicos y chicas que tienen por tradición encontrarse por ahí para compartir algunas cervezas, escuchar buena música, y departir sin problema lo que vivieron en la semana.
Pareciera que los rockeros de Bello, no tuviéramos espacios tranquilos en nuestra ciudad
Dice David, joven punk que acude hace 10 años al “Angel”, a “la Lico” y a la “Choza” quien ha sido víctima de golpizas
HECHOS:
LA INTIMIDACIÓN: Motorizados primero pasan haciendo advertencia de que “nada marihuana por acá”. Con este acto y al cabo de dos o tres rondas en las que de nuevo pasan mirando de forma intimidante, empiezan a desalojar a los jóvenes, porque el terror simbólico al que se ven sometidos los incomoda y en ultima los desplaza a merodear, buscando algún otro sitio “para parchar”, a lo mejor un bar, pero a lo mejor no tienen dinero para asistir a estos establecimientos nocturnos, lo que los expone estar a las afueras del Ángel o por ahí, vulnerables a esto.
EL CASTIGO: A medida que corre la noche después de las 10:00 pm, las rondas en sus motos se hacen habituales. A los muchachos que sorprenden fumando marihuana los golpean, pero no de cualquier forma sino al mejor estilo de la narcomafia noventera. El asunto se ha empezado agravar porque ya algunos de los violentos, están portando armas y en cualquier momento, ante la mínima oportunidad, o la más clara resistencia de los jóvenes, se puede producir un suceso que ninguna de las familias bellanitas quisiera que para los suyos.
La violencia contra la juventud en Bello es estructural, además de histórica. Obedece a una herencia de conflicto y violencia producto de la fuerza que tiempo atrás tuvo el narcotráfico como generador de grupos armados en Bello, esto y que las políticas institucionales que han permitido la expansión territorial de los combos en la actualidad. Por ejemplo, la mesa de paz y convivencia de 2005, (administración de Olga Suarez Mira) fue uno de los fenómenos que posibilita que se expanda territorialmente el control de estos combos sin ninguna respuesta clara de la institucionalidad. Lo anterior, además de la insuficiente oferta social, educativa, laboral y cultural que se provee a los muchachos.
Es el análisis de Juan David Muñoz, joven concejal de Bello que ha venido pendiente del fenómeno
EN CONTEXTO:
Se puede hacer una síntesis del problema diciendo que si el detonante, ¿o la excusa? que genera la violencia, la intimidación y el desplazamiento del que son víctimas los jóvenes Bellanitas es el consumo de estupefacientes como la marihuana, debe ser la institucionalidad quién opere para ayudar a mitigar esta actividad, y quién de manera integral con todas las fuerzas del Estado, haga frente a estas situaciones que son es sobre todo un problema de salud pública y no se da únicamente en Bello (aunque está muy arraigado y en altos niveles) sino en casi la totalidad de Colombia, pero que como tal, debe ser tratado desde otras lógicas y ni los dirigentes políticos, ni el alcalde y su administración, muestran comprender la magnitud y complejidad del problema. Puede decirse que existe omisión del Estado ante este fenómeno.
Es un atropello a la libertad de expresión de los jóvenes bellanitas que se apropian del espacio, la materialización del poder y su control a través del miedo, y así mismo, la expresión de la dinámica e imaginario paramilitar que caracteriza el municipio y ha sido legitimado tanto por la comunidad, como por la instituciones sociales.
Afirma Casandra, joven abogada que ha sido ultrajada en distintas oportunidades y quién habita esos espacios hace más de seis años
Este evento, que ya se volvió sistemático y cada vez se torna más severo, parece estar empezando a naturalizarse por parte de los afectados, los jóvenes no denuncian por temor y porque no tienen claro el proceso o protocolo a seguir ante sucesos como los relatados. De la misma manera, se suma a todo un listado de dinámica criminal que desde muchos años atrás viene afectando a la comunidad Bellanita, entre las más visibles y conocidas por los ciudadanos, se pueden mencionar las extorsiones, las tradicionales vacunas para la “vigilancia”, imposición de productos comercializados en tiendas, “mafia del ladrillo”, plazas de vicio en gran parte de sus comunas y barrios, control por parte de la criminalidad en zonas como Granizal, La Meseta, Pachelly, Nueva Jerusalén, entre otras.
Cerca del parque de Bello, específicamente entre las populares “Calle Guayaquilito” y las cuadras alrededor del antiguo Teatro Iris y el Estriptis Bellanita, pasadas las 11 de la noche, el panorama toma un cambio radical, las actividades y las dinámicas que emergen son distintas a las que propone en la actual política de”Ciudad de Progreso”, basta caminar por ahí dos noches para saber de qué estamos hablando. Secretos a voces que la institucionalidad ignora, la prensa no menciona y la policía poco controla.
La violencia se ha vuelto tan cotidiana que hasta las autoridades oficiales se hacen los de la vista gorda ante las denuncias ciudadanas, diciendo y argumentando que en Bello no pasa nada
Es el testimonio de Maicol, malabarista (artista circense) que hace presencia en los espacios hace mas de ocho años
El llamado urgente ahora en tiempos en los que la paz es esperanza y camino, convoca a que tanto ciudadanía bellanita, como actores involucrados y el más activo acompañamiento de las entidades territoriales, se empiecen a dar el debate sobre este fenómeno que como sociedad hay que enfrentar. Además de generar movimiento social que presione para que se tomen acciones concretas e inmediatas para evitar tragedias anunciadas y la prolongación de un problema que cada vez más se sale de control en todos los órdenes a la institucionalidad: En lo político, social, cultural, y en lo humano, toda vez que afecta los derechos universales de las personas consagrados en la constitución nacional.
El siguiente informe es realizado por un gestor y activista local que frecuenta el lugar y ha venido haciendo seguimiento a los hechos que aquí son narrados. Por razones de seguridad no va el nombre.
Links:
http://analisisurbano.org/voces-urbanas-silenciadas-en-bello-antioquia/
https://www.youtube.com/watch?v=4sitLITApF0
http://www.semanariovoz.com/2015/08/08/agresion-paramilitar-a-artistas-en-bello-antioquia/
http://prensarural.org/spip/spip.php?article17790
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12188741
http://analisisurbano.org/los-chatas-el-mesa-y-los-pachelly-hablan-de-paz-en-bello-antioquia/