Con el inicio del gobierno de Petro queda demostrado la gran dificultad de realizar los cambios a fondo en Colombia y América Latina. Todos quieren el cambio, pero ninguno quiere que les toquen el bolsillo y sus privilegios, en especial el sector de la población que siempre ha vivido bien y sin afugias.
Lo estamos viendo con lo que pasa con la reforma tributaria y otros cambios, que propone el gobierno, ya comienza a presentarse mucha resistencia de parte de estos sectores. Es que los problemas son tan grandes y arraigados, que son muy difíciles de solucionar.
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En América Latina los gobiernos democráticos de izquierda no han podido hacer mucho por cambiar la situación de desigualdad y pobreza, es el caso de Chile con la presidenta Bachelet y ahora con Boric. En Brasil con Lula da Silva y Dilma Roussef, se disminuyó un poco la desigualdad y pobreza, pero no hubo cambios sustanciales.
En Mexico Manuel López Obrador, ha hecho un buen gobierno, pero tampoco con grandes cambios. Siempre las clases gobernantes tradicionales están prestas a oponerse a los cambios de fondo y en lo posible a ayudar a que estos gobiernos fracasen, para luego volver al poder y seguir haciendo lo mismo que han hecho toda la vida, gobernar en función de sus intereses y no de la mayoría de la población.
Claro, de todas maneras se deben iniciar los cambios de una manera gradual, es un gran error tratar de hacer todo en tan poco tiempo; se requieren de varios periodos de gobierno para poder realizar la mayoría de los cambios de fondo, pero la gente desesperada y sin conocimientos de las cosas, no por su culpa, espera que los cambios se hagan rápidamente y sino vuelven a elegir a aquellos que son los que han creado esta situación tan difícil.
Hay que gobernar de manera diferente, por supuesto respetando la constitución y las leyes, pero hay que hacerlo, de lo contario sigue pasando lo que afirmó al parecer el gran Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”, y es lo que han estado haciendo las anteriores clases gobernantes durante 200 años.