Desde hace más de un lustro ando tras la huella de la persona que, movida por un gran gesto humanitario y con vocación de historiador, tenga en algún rincón de su alma un ejemplar del periódico que editaron unos estudiantes, hoy ya retirados y en el olvido, con el nombre de El Liceísta, una publicación que recogía la agenda de aquellos años de finales de los 60 y comienzos de los 70, cuando muchos de ellos tenían el sueño de cambiar el mundo que les había tocado en suerte.
Esto lo cuento mientras avanzan los meses para que nuestro colegio de bachillerato, como le decíamos antes, hoy Institución Educativa El Bagre, celebre con toda la pompa sus 55 años de constante compromiso en la formación de los nuevos liderazgos, tal como alguna vez lo planearon sus fundadores.
Sus orígenes datan desde la primera reunión sostenida en la residencia de doña Ana Celia Moore, gestora de la benemérita institución, hoy regentada por el educador Willian Aldemar Machado Andrade, acompañado de un equipo que ha sabido estar a la altura de los nuevos retos de este milenio.
Al remontarnos a la antigüedad, nos damos cuenta que el Liceo era uno de los tres gimnasios de Atenas, es decir, un espacio dedicado al ejercicio físico y la discusión filosófica, la reflexión y el estudio.
De esta manera se rendía culto a Hermes, a las musas y al dios Apolo. Por su parte, la Escuela data del año 335 antes de nuestra Era, cuando Aristóteles comenzó sus enseñanzas, y continuó siendo centro de reunión de los llamados peripatéticos, que en griego significa dar vueltas alrededor de algo, que era la forma como éste impartía sus enseñanzas. Es por eso que, tomados aquellos nombres, se le llamó así a los establecimientos de enseñanza filosófica en Roma.
La historia recoge los nombres de Cristo Rafael Navarro Hernández, Luis Eduardo Bonilla Mosquera, José Tomás Moore Motta, funcionario del ministerio de Educación, los comerciantes Horacio Zapata Muñoz, Germán Arango Cardona y Ana Celia Moore Motta, quienes fueron los encargados de sembrar la semilla para brindar esa oportunidad académica que requerían los jóvenes que egresaban de la escuela primaria y no tenían nada en el panorama, salvo aquellos cuyos padres podían financiarles su salida a municipios vecinos o a otras ciudades.
Con la aprobación preliminar de funcionamiento en sus manos, aquellos visionarios deciden que la primera sede para la oferta de los primeros dos grados sería uno de los salones de la parroquia de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, de donde hubo que sacar cualquier cantidad de santos del tamaño natural para habilitarlo como aula de clase.
Con el paso del tiempo se mudaron al Club Amistad, que en la mañana era un gran salón donde se dictaba toda suerte de materias y en la noche era una sala de juegos o de proyección de películas del oeste, las tradicionales de semana santa con Enrique Rambal, las del Santo el enmascarado de plata, las del Zorro y las clásicas del Oeste como “Solo ante el peligro”, “La trilogía del dólar”, “La conquista del oeste” y “Le llamaban Triniti”. Sin embargo uno de los protagonistas que más público llevaba al cine y que murió en México hace 38 años, fue Rodolfo Guzmán Huerta, conocido popularmente como El Santo, el ‘Enmascarado de Plata‘, a quien se le recuerda en la cinta titulada “Santo y Blu Demon contra Drácula y el Hombre Lobo”.
Otro que tuvo la suerte de llenar aquella pantalla fue el mexicano José Antonio Hipólito Espino Mora, más conocido como Clavillazo, quien se presentó en la película “El chismoso de la ventana”, título que sirvió para apodar a muchas parroquianas por aquella costumbre milenaria de aguaitar a los demás sin su permiso.
Fue gracias al párroco Porfirio Iván Lopera Gil que se abre el tercero de bachillerato, pero antes hay que recordar a los primeros 33 jóvenes que contestaban la lista en aquellos tiempos, dentro de los cuales logramos rescatar los siguientes: Marta Arango, Fernando Wiesner, Julio Corcho, Edwin Stuart, Wilfredo Martínez, Luis Carlos y José Esteban Rodríguez, Adela Ibargüen,Fernando Machado, Javier Echavarría, Rafaela y Carlos Salgar, Yadira y Matilde Navarro, Olga Quiroz, Marta Domínguez, Luis Valle, María de la Ossa, Mariela Benavides, Gilma Ríos, Reinaldo Páez, Javier Ibáñez, Jesús Aníbal Marín, Gloria Galván, Leda Mendoza, Luis Bello e Ismelia Lopera. De aquí salió la primera cosecha de bachilleres, que según los datos oficiales, se produjo en 1977.
La construcción de la sede fue gracias las gestiones del entonces rector Hernando del Castillo Ríos, quien logró convencer a las directivas de la empresa minera Pato Consolidated Gold Dredging Limited para dotar a El Bagre de una “moderna” sede en un terreno baldío, que en realidad era un cascajero aledaño al sector de Cornaliza, con un espejo de agua al frente y pantanos a los lados, en donde una tarde le dieron captura a un tierno ponche, que no logró evadirse en los tapones que cubrían aquella pequeña ciénaga.
Los trabajos, que lograron convocar a toda la comunidad, comenzaron en 1971 y a comienzos de 1972, es decir, hace 50 años, comenzó el trasteo de sus primeros ocupantes, hasta que el lunes 3 de febrero de 1975, cuya fecha quedó marcada en un cuaderno Bolivariano, concluyeron las obras.
Gracias a María Nimia Paz Arriaga, una docente de corazón y vocación, como ella misma se define, tuvo a bien guardar con rigor muchos de los nombres de los educadores que a través de la historia de nuestro colegio han dejado su huella y sus historias y sea este el momento para recordar tres de los relacionados como los pioneros en su orden de vinculación.
Se trata de Alcides Alfonso Gómez Pérez, quien llegó al establecimiento el 7 de abril de 1969, siendo uno de los más recordados por varias generaciones. Allá comenzó a dictar inglés, artes industriales y era el encargado de corregir la disciplina de los varones.
William de Jesús Salazar Bedoya, vinculado el 19 de abril de 1970 para enseñar matemáticas, álgebra, geometría y educación estética y Elvia Regina Galván de Mejía, acogida como profesora de introducción a las Ciencias y biología vegetal el 18 de febrero de 1971.
La nómina de Rectores que pasaron por la institución es la siguiente:
1968: Mario Aníbal Valencia Valencia
1969: Ramiro Restrepo Molina
1970: Heriberto Stuart Montoya
1971: Hernando Del Castillo Ríos
1973: Hermana María Moreno Chávez
1979: Ciro Robledo Torres
1993: Clara Eugenia Moore Acosta
1998: Agustín Urrutia Mosquera
2003: Jairo Ibargüen Perea
2008 hasta la fecha: Willian Aldemar Machado Andrade
Ahora bien, para enfrentar la alta deserción escolar, sobre todo en la jornada nocturna ocasionada por la difícil situación de orden público, el rector Willian Aldemar Machado Andrade adelantó las diligencias necesarias en la Secretaria de Educación de Antioquia para que autorizaran la jornada del fin de semana, de suerte que mediante la Resolución S 2018060233771 de julio 27 de 2018 se logró su autorización, lo que permitió pasar de 4 a 5 o 7 grupos, aumentando la cobertura a 225 estudiantes: hoy en día se cuenta en esta jornada estudiantes que viven en algunas veredas de este municipio.
El gran balance en lo que va del 2022 se resume en lo siguiente y que parece fácil de decir y de escribir. Dos sedes: Liceo El Bagre y Escuela Urbana Portugal, 1.778 estudiantes, 53 grupos, 4 de ellos de media técnica en Agropecuaria, atendidos en 3 jornadas por 1 rector, 3 coordinadores, 59 docentes, 1 docente orientador, 2 secretarias, 2 bibliotecarias, 2 Servicios generales, 2 aseadoras y 2 manipuladoras de alimentos.
