Un insólito caso en la pequeña villa de Deveselu, al sur de Rumania, cautiva la atención de la prensa en el mundo entero. Ion Aliman, alcalde del pueblo, fue reelegido para un segundo mandato. El individuo logró 1057 de los 1600 posibles votos.
El caso no tendría nada de extraordinario de no ser que para la fecha en que se celebraron las elecciones, el mandatario ya había fallecido a sus 57 años por cuenta de la COVID-19. Sin embargo, su foto ya estaba impresa en los tarjetones.
Apenas se confirmó la victoria sus seguidores fueron a la tumba del hombre, en el cementerio local, a celebrar su triunfo en las urnas. Los residentes del pueblo compartieron imágenes de la celebración en sus diferentes redes sociales.
El pueblo ya había sido noticia en el pasado por cuennta de un enfrenteamiento entre uno de sus habitantes y un escudo antimisiles inaugurado por Estados Unidos en 2016. Las ovejas del hombre pasaban cerca al dispositivo y solían activar sus sistemas de alerta.