Ai Wei Wei es uno de los artistas contemporáneos más importantes del mundo. Las comparaciones son aburridas, pero si pensamos en lo que presentó ArtBo en sus secciones nacionales del mundo contemporáneo -lo nuevo de lo nuevo- quedamos en un rincón miserable del retraso mental. Nadie, con seguridad, se compromete en un gasto tan injustificado para semejante esfuerzo inútil.
Nuestro compromiso, le podemos proponer a la Cámara de Comercio: traer a este chino monumental que absorbe la condición humana y la diferencia del humanismo. Es obvia la distancia de lo universal de la humanidad.
Su dominio arquitectónico del espacio quedó plasmado en le estadio "Nido de Pájaro"
Pero tratemos de conquistar lo imposible con el trabajo que realizó la fundación PROA en Buenos Aires. Un megaproyecto. La exposición estará allá hasta marzo del 2019. Creo que ya tiene comprometido a Berlín y Moscú. Y después, ¿por qué no, Bogotá?
Pero volvamos a Ai Wei Wie, tal es el dominio arquitectónico del espacio, que fue uno de los colaboradores del estadio “Nido de Pájaro” para las Olimpiadas de 2002. Esta escultura fue construida en el parque cultural Ai Quing, la ciudad natal de su padre. Un poeta al que por intelectual le cayó toda la fuerza represiva de la Revolución Cultural de Mao.
Algo amable: la familia entera se fue para un campo de trabajos forzados. Pero la familia quedó reunida, porque en muchas otras ocasiones tenía que dividirse por estar en medio del castigo.
Pasaron hambrunas y enfermedades terribles. Errantres: una padre ausente en su poesía, una madre taciturna y silenciosa, y él.
Ai Wei Wie no tuvo juguetes en su infancia pero afinó sus destrezas construyendo la cama que no tenía y cumpliendo las reglas de lo observado.
En la carpintería china donde el soporte no son clavos y tornillos: la búsqueda del equilibrio de Oriente. La estructura encaja en sí misma. También se inventó una estufa defectuosa que ayudaba al clan en sus comidas, pero los afiliaba el humo….
En 1957 más de 300 000 intelectuales fueron castigados a labores forzadas.
Cuando volvieron a su casa, su padre realizó una obra fundacional para su trabajo: quemó cada libro y cada hoja de su biblioteca de poesía y arte. Se despidió de sus amigos mientras evitaba más castigos.
De ahí en adelante la vida fue diferente: encontró un lazo fundamental entre el arte y la política.
"Semillas de girasol" , cien millones de réplicas en cerámica que realizaron 1600 mujeres
Comenzó por realizar arte en trabajo comunitario. En su obra de Semillas de girasol (2008-2012), trabajó con 1600 mujeres de Jiundezhen. Se trataba de superar el trauma con iniciativas creativas. Y mientras ellas realizaban cien millones de réplicas de semillas en cerámica pintada. -Todo de acuerdo con las cifras milenarias chinas, con un obvio componente sicológico- ellas generaban un ingreso, ellas tenían la virtud de ser subvaloradas, que fue la voz protagónica en el proceso creativo y productivo.
Eso mismo hizo años más tarde cuando en un “performance” tiró al suelo una urna de la dinastía Han. El valor de una obra tradicional tuvo triste final comercial. Tampoco estaba de acuerdo con el capitalismo rampante.
Como los chinos saben lo que hacen con su lógica deductiva, a Ai Wei Wei le dieron el pasaporte en 1980. Como tenía en presentimiento de lo contemporáneo, viajó a Nueva York a estudiar arte en la escuela de Parsons. Llegó sin recursos y volvió otros 10 años después, ausente.
Absorbía la vida de los objetos. Le interesó la revolución anticapitalista de Andy Warhol y Jasper Jones, y en el trayecto encontró a Marcel Duchamp quien cómo a él, le inspiraba la poesía. Y así empezó a trabajar objetos de la vida cotidiana.
En 1999 sorprendió al mundo con una invitación a la Bienal de Venecia. Ahí conquistó la imaginación del mundo libre y, también el de los oprimidos. Hoy lleva más de 100 exposiciones individuales y 400 colectivas.
Inmigrantes y refugiados están en su mira desde su primer viaje a Europa
En su primer viaje a Europa, su mira se concentró en los inmigrantes y refugiados. La crisis humanitaria quizá más grave desde de la Segunda Guerra Mundial. Ahora nos falta ver los resultados de los centroamericanos en “nortrup –america”.
Humanos somos todos. Y en los momentos de incertidumbre, se pierden los principios básicos. Necesitamos tolerancia y compresión al prójimo.
Volvamos al tema. Sus convenciones son lógicas: “No hay herramienta más útil que el miedo”. Y “quiero ser recordado como alguien olvidado”. Gran artista.