Inocencia afecta recursos hídricos colombianos

Inocencia afecta recursos hídricos colombianos

Generalidades, vigencia normativa y estándares internacionales del medioambiente

Por: Orlando Marín Sánchez
octubre 06, 2015
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Inocencia afecta recursos hídricos colombianos
Foto: tomada de internet

 Generalidades de los Recursos Hídricos del Estado:

Los recursos hídricos con que cuenta el Estado, son principalmente de la naturaleza misma, de nuestro medio ambiente integrado no solo por el territorio, el aire, la vegetación y los animales, sino además por el postulado poblacional, así, somos las personas humanas que ocupamos el territorio nacional quienes estamos directamente interesadas y relacionadas con estos recursos, pues además de ser los primeros y naturales destinatarios de su gracia, somos también los preeminentes responsables de su conservación, porque es a la persona humana a quien corresponde cuidar y hacer sostenible su propio medio ambiente dadas las notables consecuencias derivadas de su deterioro, siendo por ello necesario concientizar a toda la población colombiana de la necesaria intervención de todos los coasociados para la diligente protección de estos recursos que a pasos agigantados se viene menoscabando, con nuestra propia indolencia, requiriéndose de la implementación de trabajos promocionales de concientización y prevención a través de efectivos modelos de formación que se introduzcan en nuestro sistema educativo, porque es mejor nutrir y perfeccionar un modelo de prevención, que implementar postulados sancionatorios que resultarían inanes frente a dicho problema, bastando preguntarnos: ¿De qué sirve castigar cuando ya se han causado daños de carácter irreversible?.

Vigencia Normativa:

El Legislador no se debería preocupar por emitir tantas normas sancionatorias desconociendo la necesidad de formar, pues el motivo principal por el cual atentamos contra el medio ambiente, es porque no se nos enseña su valor, por ello, se deberían generen más normas que obliguen a emitir una enseñanza más apropiada y focalizada para obtener un modelo de sociedad más depurado y con conciencia permanente por la conservación de nuestros propios recursos naturales, que por su abundancia y diversidad son modelo para el mundo, pero pese a su prodigalidad, nuestra indolencia finalmente terminará por extinguirlos de no efectuarse un elocuente trabajo de formación.

La protección constitucional del medio ambiente tiene una relevancia tal que cobija no solo el referente analítico del presente escrito, sino muchos tópicos que de igual o incluso mayor importancia requieren de la necesaria intervención, no solo del Legislador para que regule la materia con todos los componentes de publicidad, prevención y sanción a que integralmente se contrae la ley penal, sino que además, el Congreso de la República deberá ocuparse principalmente de la parte educativa como marco de un verdadero modelo de prevención, y claro, también se requiere de la intervención de las entidades públicas encargadas de la protección del medio ambiente, tanto como de los organismos judiciales para hacer cumplir los postulados legales y administrativos que regulan la materia, pues solo a través de la intervención armónica de los organismos del Estado se logrará la realización de sus fines esenciales[1], en este caso, el de la protección del medio ambiente como derecho colectivo[2].

El modelo típico legal penal de protección al que siempre le hemos creído, es el compuesto por los elementos de publicidad, prevención y sanción, y por ineficaz e insuficiente, es tiempo ya de implementar una verdadera modificación del mismo en el campo de la protección de los derechos naturales, enfatizando primeramente que tal vez por haber creído tanto en ese modelo, es que resultamos cegados ante la avanzada y creciente realidad de deterioro de nuestro medio ambiente, específicamente de nuestros recursos hídricos, siendo así como debemos pensar desde ya que esta situación de detrimento, por su avanzado estado y elevado grado de importancia, debe tener un específico espacio en el ámbito de la educación, pues solo a través de un ponderado proceso de formación podremos detener el creciente deterioro de nuestros recursos hídricos.

El problema es que no existe una adecuada intervención del legislador para detener e impedir el lamentable y acelerado deterioro de nuestros recursos naturales, producido a causa de la ignorancia de la sociedad sobre la importancia de mantener dichos recursos para nuestra propia conservación, pues no contamos con un adecuado sistema educativo que incorpore en las personas, desde su más temprana edad, la necesidad de mantener, de manera permanente, un verdadero nivel de conciencia que diga del interés que como seres humanos debemos tener por la preservación de nuestros propios recursos, en especial el hídrico, cuya escases o desaparición, por esencial, dejaría incluso al margen nuestra propia existencia.

Es necesario implementar, a través del legislador, la obligatoriedad de incorporación en el plan decenal de educación, un modelo educativo que apunte a frenar el creciente deterioro de nuestros recursos naturales, en especial los hídricos, y a mejorar la conservación de los mismos, no solo con vista simple en ellos mismos sino como una verdadera unidad orgánica observando también su entorno natural y múltiples afectaciones como el desarrollo industrial, urbanístico y social, pues es desde los fundamentos educacionales primarios y permanentes, que se puede lograr la detención del deterioro de nuestros recursos naturales, en especial, de nuestras fuentes hídricas enfatizadas en el presente postulado.

Falencias del sistema educativo:

Necesitamos formarnos para el mejoramiento de nuestro contacto con la naturaleza y de esa manera garantizar la permanencia de nuestros recursos naturales evitando el menoscabo de los mismos, pues hemos sido temporalmente los mejores testigos del deterioro de nuestros recursos hídricos, ya que en épocas pasadas no muy lejanas, había más conciencia sobre la necesaria conservación del medio ambiente, así mismo, hemos ya descubierto los puntos neurálgicos de dicha problemática pues como muestra, somos nosotros mismos los principales causantes de dicho deterioro y no hemos tomado conciencia en la actualidad de las nefastas consecuencias por ejemplo, de arrojar los desechos en lugares inadecuados, y tampoco seremos capaces de evidenciar sin que alguien nos explique, las dañinas y aciagas derivaciones cuando con nuestras irresponsables e ignorantes actitudes arrojamos directamente a nuestros ríos, desechos hasta de origen químico, que no solo producen la contaminación de los ríos sino también de las personas que más adelante, sin saberlo, se sirven de esas mismas aguas, incluso para su consumo, creyéndolas puras, como las brinda la grandeza de la naturaleza, engaño que a la postre, les puede causar enfermedades e incluso la muerte, sin dejar de lado la eventual generación de epidemias que contaminen al resto de la comunidad, y es por ello que requerimos de un mejor nivel educativo que nos deje en la conciencia la necesidad de frenar el deterioro de nuestros recursos hídricos sin cuya existencia dejaríamos de ser uno de los Países con mayor fortuna natural en el planeta, y a la vez, también conscientemente, dejaríamos de adelantar procesos de deforestación y destrucción de nuestros bosques para comenzar por el contrario a sembrar más árboles para restablecer los pulmones de nuestro ya deteriorado planeta tierra.

Es una realidad que no contamos en la actualidad con un sólido sistema educativo que contenga verdaderos y permanentes modelos de enseñanza del significado e importancia que merece la conservación de nuestros recursos naturales, empero, sí contamos con nutridos postulados sancionatorios incorporados como pena en la legislación nacional para quienes asumen una actitud irresponsable frente a la naturaleza, postulados que rompen con los principios elementales funcionales de la ley penal, ya que su elemento enseñanza solo se contrae para estos efectos a instruir y poner de presente que determinado comportamiento del ser humano y/o de cualesquiera persona jurídica bien del orden privado ora del público, en su relación adversa a la naturaleza, resulta delictivo, cuando nunca nos enseñaron la relevante consecuencia de una conducta de omisión o de ejecución fenoménicamente hostil desde la perspectiva relacional hombre naturaleza, claro, sin desconocer la necesaria penalización de dichas conductas, tampoco debemos olvidar la necesidad de educar para evitar la comisión del delito, siendo de esa forma como tendrían pertinencia los demás elementos funcionales de la ley penal, como son el postulado de publicidad, que se refiere a la emisión y publicación de la ley penal para que sea de conocimiento de todos, de donde además surge otra gran verdad: “El desconocimiento de la norma penal no exime de responsabilidades”, y por último, de esa misma forma, también resultaría plausible el elemento sancionatorio contenido en la ley penal, pues incumplido su precepto, pero habiendo sido ilustrados del mismo a través del elemento enseñanza, y habiendo sido publicitado su contenido a través del elemento publicidad, no habría otra alternativa que el uso del elemento sanción contenido en la ley penal.

Y es que en efecto, sin apoyo del legislador, se han venido intentando adecuar los comportamientos de la sociedad frente a la naturaleza como es el ejemplo del Distrito Capital que dentro del componente “Bogotá Humana”, desarrolló el proyecto nominado: “Currículo para la excelencia académica y la formación integral 40 x 40”, dentro del cual se adelantaron trabajos dirigido a una educación con 40 horas semanales de colegio, 40 semanas al año, estudiando en la jornada correspondiente, bien en la mañana, en la tarde o en jornada única dentro del Plan de Desarrollo Distrital 2012 – 2016, soportado en tres ejes fundamentales que son 1.- La ciudad reduce segregación y discriminación, 2.- El territorio enfrenta cambio climático ordenado al rededor del agua, y 3.- Bogotá en defensa de lo público, de los cuales, como bien se puede observar, solo el segundo de ellos se ocupa de la naturaleza, específicamente del agua, motivado en el marco de la actual crisis del fenómeno del niño que origina la escasez de agua, pero se itera, solo por ello, más no en procura de la creación en si de un sistema educativo permanente que proteja y conserve nuestro recurso natural y vital del agua por siempre, y no circunstancialmente, atendiendo fenómenos de cambios climáticos que afecten nuestro sistema natural y pongan en peligro los componentes del mismo.

Ilustrando, el Plan Nacional Decenal de Educación 2006 - 2016, PNDE, es un verdadero pacto social decenario que se realiza por parte de la comunidad educativa para, con actualidad, crear un sistema de educación que opere a nivel nacional, cuya finalidad es la de marcar el desarrollo educativo del país, bajo un referente de obligatorio cumplimiento en su planeación para los gobiernos e instituciones educativas como un derecho fundamental de la persona, cumpliendo así con una función social de beneficio para el desarrollo nacional: “En Colombia, en 2016, dentro del marco del Estado social y democrático de derecho y de su reconocimiento constitucional como un país multicultural, pluriétnico, diverso y biodiverso, la educación es un derecho cumplido para toda la población y un bien público de calidad, garantizado en condiciones de equidad e inclusión social por el Estado, con la participación co-responsable de la sociedad y la familia en el sistema educativo. La educación es un proceso de formación integral, pertinente y articulado con los contextos local, regional, nacional e internacional que desde la cultura, los saberes, la investigación, la ciencia, la tecnología y la producción, contribuye al justo desarrollo humano, sostenible y solidario, con el fin de mejorar la calidad de vida de los colombianos, y alcanzar la paz, la reconciliación y la superación de la pobreza y la exclusión.” [3].

Estándares Internacionales del Medio Ambiente:

Como muestra de la ya señalada falencia de nuestro sistema educativo, ha de afirmarse también que, apenas estamos asomándonos a la cultura internacional de la preservación de un ambiente sano y de nuestros recursos naturales, pues bajo los postulados de los artículos 79 y 80 de nuestra Carta Política, a través de la ley 1665 de 2013 se aprobó el “Estatuto de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA)” realizado en Bonn Alemania, el 26 de enero de 2009, habiendo fundamentado la Honorable Corte Constitucional su decisión de exequibilidad de dicho tratado en que: “…las disposiciones del citado estatuto están dirigidas a desarrollar desde el punto de vista económico y ecológico la utilización de energías renovables, esto es, aquellas que son inagotables desde el punto de referencia del periodo de existencia de la humanidad, a ritmos de consumo no superiores a los de producción o generación de manera natural. …”[4], demostrándose de esa forma que ya por lo menos contamos con una reflexión adelantada e importante sobre el tema de la conservación de las reservas naturales para la explotación de sus componentes armónicamente, esto es, sin deteriorar el sistema natural, pero así mismo se demuestra lo atrasados que estamos en el tema de la prevención y guarda de nuestros ya deteriorados recursos naturales, siendo necesario resaltar, que pese a nuestro atraso y en una línea de crecimiento ante la bien llamada crisis mundial del agua, un artículo de internet precisó en relación con la crisis mundial del agua, el interés que mostró un grupo de talla mundial: “Durante los días que durará la jornada, se escuchará la experiencia y el análisis de los operadores de agua y saneamiento, miembros de agencias donantes, diversas organizaciones, instituciones, empresas y profesionales que trabajan sobre el sector en América Latina y el Caribe de países como Argentina, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, EE.UU, Honduras, México, España, Panamá, Suiza, Venezuela, Perú, entre otros.

Cabe resaltar que las exposiciones, estarán a cargo de un destacado grupo de expertos de alto perfil, con amplia trayectoria en temas de agua y saneamiento. El año 2014, esta reunión convocó a más de 3.000 personas y 270 organizaciones de 143 países.

El evento que es organizado por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI, por sus siglas en inglés), tiene el objetivo de discutir las soluciones innovadoras para mejorar la prestación de servicios de saneamiento y garantizar su calidad en un contexto de crecimiento de las poblaciones. 

Las sesiones de la Semana Mundial del Agua, son coorganizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de la División de Agua y Saneamiento del Sector de Infraestructura y Medio Ambiente (INE/WSA), la Asociación Latinoamericana de Operadores de Agua y Saneamiento (ALOAS), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), The Nature Conservancy (TNC), la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Agencia Suiza para el Desarrollo (COSUDE), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Asociación Internacional del Agua (IWA), UN-Agua, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Grupo del Banco Mundial (BM), y el Centro del Agua para América Latina y el Caribe.”[5]

Normatividad Constitucional y legal inaplicada:

Las flaquezas de nuestra sociedad colombiana en el ámbito de los cuidados que deben emerger de ella misma para la protección de nuestros recursos naturales, están plenamente demostradas, debiendo comenzar el sustento de esta afirmación desde el inaplicado contenido de nuestra Constitución Política, pues pese a que su artículo 41 establece que: “En todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la Constitución.”[6], ello no se cumple a cabalidad, pese a ser un precepto contenido en la bien llamada norma de normas, pues el sistema educativo apenas y toca tangencialmente la existencia de la citada carta política, pero no profundiza su contenido. Así mismo, sobre la educación, más adelante la misma carta en su artículo 67 puntualiza: “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura.

La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.

El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica.

La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos.

Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.

La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.”[7]

Conforme a lo expuesto, en primer lugar resulta palmario que la pedagogía constitucional no se aplica en nuestro País como debería hacerse, es decir, los establecimientos educativos apenas informan sobre la existencia de la Constitución Política pero no profundizan el alcance de sus preceptos, en segundo lugar, y no por ello menos importante, he de precisar que otro tanto ocurre con la educación, pues para beneficio del presente postulado, como medio de formación para la protección del medio ambiente, es un derecho fundamental y son responsables del mismo el Estado, la sociedad y la familia, resultando acreedores de este derecho, todos los habitantes del territorio nacional, y corresponde al Estado, la regulación y el ejercicio de la suprema inspección y vigilancia de la educación, con el objetivo de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la formación moral, intelectual y física de los educandos, garantizando además el adecuado cubrimiento del servicio y asegurando las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema con sujeción además al marco legal establecido en la ley 115 de 1994, como sustento de ello destaco su artículo primero: “OBJETO DE LA LEY. La educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes. La presente Ley señala las normas generales para regular el Servicio Público de la Educación que cumple una función social acorde con las necesidades e intereses de las personas, de la familia y de la sociedad. Se fundamenta en los principios de la Constitución Política sobre el derecho a la educación que tiene toda persona, en las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra y en su carácter de servicio público. De conformidad con el artículo 67 de la Constitución Política, define y desarrolla la organización y la prestación de la educación formal en sus niveles preescolar, básica (primaria y secundaria) y media, no formal e informal, dirigida a niños y jóvenes en edad escolar, a adultos, a campesinos, a grupos étnicos, a personas con limitaciones físicas, sensoriales y psíquicas, con capacidades excepcionales, y a personas que requieran rehabilitación social. La Educación Superior es regulada por ley especial, excepto lo dispuesto en la presente Ley.”[8],

Siendo así, desde el punto de vista constitucional y legal, aparentemente todo está dicho, pero no, la ley de educación deberá imponer clausulados de obligatoriedad mucho más fuertes, dicientes o específicos, para que las instituciones, los catedráticos y los sistemas educativos se vean verdaderamente compelidos a participar activa y conscientemente atendiendo específicamente la situación del déficit de formación frente a la protección de nuestros recursos naturales, pues de no ser así, la naturaleza y todos nuestros recursos hídricos continuarán el camino del descuido y culminarán en la desaparición como ruta marcada por la falta de conciencia en la conservación de los mismos, es decir, con nuestros recursos hídricos ocurrirá lo más parecido a la “Crónica de una muerte anunciada”, emulando a nuestro desaparecido premio nobel de literatura Gabriel García Márquez.

Resulta entonces cuestionable y alarmante, que si nuestra Constitución Política, siendo la norma superior, precisó con tanta claridad la obligatoriedad de proporcionar una educación que brindara formación en la protección del medio ambiente como lo establece el inciso segundo del anotado artículo 67, no esté cumpliéndose dicho precepto, lo cual deviene en un evidente deterioro frente a la conservación de nuestros recursos naturales, siendo del caso resaltar además, que encontrándonos frente a un derecho constitucional del rango fundamental, como lo es la educación, y el especial tratamiento y protección de los derechos de los menores, pues en este caso vendría muy conveniente un conocimiento primario para formación de conciencia desde muy temprana edad, ya que son los menores de edad los directamente involucrados en las consecuencias de la vulneración del derecho de la educación en los términos constitucionales y legales que se precisaron, quienes se itera, dentro del marco constitucional tienen una protección especial en el artículo 44 de la Carta Política, y sin lugar a dudas, su derecho de educación y protección especial, se estaría vulnerando, si no se les brinda la formación como prevé la carta política, siendo por tanto necesario, proponer modificaciones que integralmente apunten a una verdadera formación para la efectiva y permanente protección de nuestros recursos naturales.

El necesario entonces, un cambio de actitud, pues lo que se puede extractar de los apartes precedentes, es el relieve que ha tomado la necesidad de implementar modelos educativos que promocionen y difundan la salvaguarda de nuestros recursos hídricos, pues si bien el legislador está atento a emitir leyes que castiguen la malversación de los referidos recursos, no se puede desconocer que a lo largo de los días de nuestra existencia no se observa desarrollado un verdadero sistema educativo que conduzca con eficiencia y eficacia a la toma de conciencia de los coasociados para que, conocedores de las consecuencias derivadas del citado deterioro, no permitan ni menos cohonesten la malversación de nuestros recursos, denuncien a quienes estén produciendo daños en los mismos, y de suyo, asuman un comportamiento leal con los bienes que la naturaleza nos brinda para que prevalezca la importancia proteccionista de los mismos.

Escasez del Agua y de Conciencia:

Precisamente, en el año inmediatamente anterior recordamos que se evidenció esta problemática, haciéndose de público conocimiento y por ello también fuimos testigos de los innegables procesos de solidaridad evidenciados frente a la población del norte del País y de algunas otras regiones que o no se han animado o no han podido protestar, pues algunos indígenas de la zona de la Guajira colombiana murieron por la falta de agua, y en la Plaza de Bolívar de la ciudad capital de Colombia se vieron delegaciones de dicha región, reclamando del Estado una actitud que les proteja de las inclementes consecuencias de la escasez y falta de agua, y también se han visto dichas delegaciones frente al Palacio de Justicia reclamando un apoyo de los diferentes organismos qua allí funcionan para la salvaguarda de sus derechos.

Y es la falta de conciencia derivada de la ignorancia la que nos tiene en la actualidad recibiendo el impacto de la falta de agua en algunas regiones del País, dentro de las cuales se debe destacar la problemática acaecida a los pobladores del Departamento de la Guajira, pues es una realidad palmaria el sufrimiento que vienen pasando dichos habitantes, ya que los medios de comunicación han dado cuenta de las aciagas y fenoménicamente adversas consecuencias por la falta del preciado líquido, tanto como de las aparentes ayudas brindadas por ejemplo por la Fundación Cerrejón al crear: “Un sistema solar de bombeo de agua y dos pozos subterráneos con capacidad para producir 50.000 litros diarios, beneficiando a 75 familias del resguardo San Francisco…”[9], y por el Gobierno Nacional en desarrollo de algunas también aparentes políticas encaminadas a afrontar la problemática derivada de la falta de agua, pero claro, es que no se puede esperar menos de parte de quienes aportan mucho al deterioro del sistema y poco a la recuperación del mismo, siendo por tanto necesario destacar también los esfuerzos que se vienen adelantando por parte de la industria, exploración y explotación de hidrocarburos, como por ejemplo la adelantada por parte de Pacific Rubiales: “Agrocascada, el agua como palanca de valor compartido. Tradicionalmente, la industria de hidrocarburos ve el agua de producción como un residuo y no como fuente de valor. Pacific Rubiales cambió este paradigma y desarrolló el proyecto Agrocascada, una iniciativa para reducir las sales del agua residual de sus procesos y entregarla al sector agrícola en condiciones adecuadas para el riego de cultivos agroindustriales. El proyecto fue elegido por el público como iniciativa ganadora en la segunda edición del Premio Accenture a la Innovación, en la categoría ‘Recursos Energéticos”[10]

No se aborda con profundidad la problemática relativa a la exploración, producción y comercialización de materiales extractados de la minería por parte de grandes empresas nacionales, internacionales y multinacionales, que de suyo son en la actualidad las principales causantes de la contaminación y consecuentemente agotadores de nuestros recursos hídricos, pues se concluye que por ahora, esos agentes agotadores, están siendo controlados por la Constitución y la ley, tanto como por los organismos encargados de tal fin, pero se insiste, entretanto, y una vez se haya logrado un alto grado de conciencia por parte de la sociedad a través de la recepción de conocimientos y formación, ella misma, la sociedad, coadyuvará constantemente con la lucha que por ahora está ejerciendo el poder ejecutivo, tanto como la administración de justicia a través de la obligación, con sujeción de la ley, al cumplimiento de los parámetros por ella misma instituidos.

Derivado directamente de la problemática en que nos encontramos, ya se evidencian reacciones y comportamientos investigativos como las preguntas que se están haciendo algunos operadores de la prestación del servicio público de acueducto y alcantarillado en las grandes ciudades de Colombia, como es el caso de EPM de Medellín, Antioquia, que se preguntaron el año pasado sobre el promedio de consumo de metros cúbicos de agua en el mes por cada persona, encontrando que fue de 3.8 metros cúbicos, y al tiempo lanzaron tip’s para el uso inteligente del agua. www.eps.com.co.

Misma preocupación denotan los registros que aparecen en algunas otras páginas de internet como es el caso de la antepuesta pregunta ¿Cuánto podría durar el agua en Bogotá? www.kienyke.com/historias/cuanto-podria-duirar-el-agua-en-bogota/

O también programas sociales de conservación, “En Colombia lanzan pacto por el uso eficiente y ahorro del agua” preludiando la página: http://www.vidamasverde.com/2012-en-colombia-lanzan-pacto-por-el-uso-eficiente-y-ahorro-de-agua/

Y, Estudiantes diseñan mecanismo para ahorrar agua potable, que se antepone a la página que sobre el mismo tema aparece en internet con la nominación:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/ndetalle/article/estudiantes-desenan-mecanism,o-para-ahorrar-agua-potable.html

Educar Para Aprender a Conservar:

Las manifiestas preocupaciones sociales, nos llevan a la consecuencia lógica de que con la implementación de un verdadero sistema educativo que propenda por la conservación de nuestros recursos naturales, tendremos personas que van a estar muy pendientes de no desperdiciar ni malversar nuestros recursos hídricos tras el reconocimiento de la necesidad de conciencia frente a dicha forma desmesurada de consumo, en segundo lugar, también seríamos inmensamente cuidadosos de evitar que residuos químicos contaminantes fueran a parar a las vertientes de agua y/o a los diferentes espacios de almacenamiento que de estas se hubieren creado, y por último, estaríamos prestos a vigilar y denunciar a quienes estén afectando el sistema para obligar a su preservación, y así mismo, aconsejaríamos a nuestros propios coasociados sobre la necesidad de conservación, convirtiendo de esa forma a la sociedad en una ola promotora y multiplicadora de la obligación de proteger nuestros recursos naturales para conservarlos, en este caso los hídricos, cuya falta, nos pone en una verdadera situación de apremio tal se ha evidenciado a lo largo de este escrito, pudiéndose de antemano concluir que estamos en una sociedad que por desconocimiento de la necesidad de protección de nuestros propios recursos naturales, ha causado ingentes daños a nuestro sistema natural, y también ha permitido que se causen daños irreparables en la naturaleza por parte de los grandes industriales y además, por parte del capital extranjero que llega a afectar nuestros recursos sin medición del daño que en la mayoría de las ocasiones producen con la desmedida implementación de medios de exploración, explotación, producción y comercialización de diferentes recursos naturales que para ellos solo son bienes para explotar, entre tanto para nuestra sociedad implican el deterioro de nuestros recursos.

Resulta entonces necesario acentuar que la verdadera solución de esta problemática, como se ha venido afirmando, está en proporcional educación y formación de conciencia, así, dejaremos de ser testigos pasivos de las evidentes afectaciones producidas con la exploración y explotación irresponsable de los hidrocarburos y otros recursos minerales o incluso vegetales y de industria, sino que seremos unos acérrimos promotores y protectores de nuestros recursos naturales, siendo así como no actuaríamos solamente protegiendo la conservación de nuestros recursos hídricos desde nuestra perspectiva de simples consumidores, sino además desde la perspectiva de verdaderos garantes en vigilancia e inspección de dichas actividades, para coadyuvar la protección que el estado debe realizar frente a los actores del desperdicio o del inadecuado consumo de nuestros recursos hídricos.

Lo que no se nos enseña hace parte de lo que ignoramos, y si bien en casa recibimos mucha enseñanza sobre la necesaria protección de nuestros recursos naturales, ello  cae en el desdeño por la falta de formación de conciencia a través de un proceso educativo eficaz, que permanentemente nos esté reseñando de tal suerte que incruste en nosotros la necesaria preservación de nuestros recursos naturales.

Educados, formados, con conciencia, estaremos más preparados para proteger nuestros recursos naturales, en especial, el agua, que es un medio necesario de conservación para la raza humana y todos los seres de la naturaleza, así, educados, formados y con conciencia, no tendríamos que depender de que se hagan realidad los milagros climáticos que están tratando de pronosticar las máximas autoridades del mundo, como es el caso de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (The National Oceanic and Atmospheric Administratión NOAA), autoridad climática internacional que divulgó el día 10 de agosto de 2014 un análisis que prevé que la mayoría de los índices del fenómeno del Niño disminuyeron a finales del mes de julio, considerando así mismo, que si la tendencia continúa, este será un evento débil o moderado tal cual también lo había ya pronosticado nuestro director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, Omar Franco, quien desde el día 15 del mes de julio de 2014 declaró que el Fenómeno del Niño tendría una intensidad moderada, advirtiendo que no significaba ello bajar la guardia en la aplicación de los planes de contingencia propuestos, pues Colombia había entrado ya en la etapa previa del Fenómeno del Niño, el cual traería una sequía al final del año, advirtiendo además que las altas temperaturas que se estaban ya presentando en el Caribe Colombiano podrían empeorar el momento que vive la región, donde se reportaron por la prensa muertes de animales y múltiples daños en los cultivos para la época[11], y en la actualidad, un año después,  está ocurriendo lo mismo y con más crudeza, siendo necesario resaltar que los pronósticos del gobierno no pasaron de ser eso, solo pronósticos que no acertaron en su decir, y estamos ahora ante una problemática de dimensiones desconocidas pero también predecibles, todo lo cual se podría evitar si tuviéramos una verdadera estructura de conocimiento sobre la necesidad de toma de conciencia para la conservación de nuestros recursos hídricos que como se dijo, pese a que contamos con los mejores del mundo, ellos, siendo renovables también son agotables, lo cual nos convoca a desarrollar un bien sustentado modelo académico y de formación a toda la población que habita nuestro País, para que Colombianos y extranjeros tomemos verdadera conciencia de la necesidad de proteger nuestros muy afectados recursos hídricos.

Perspectiva Local y Mundial:

El asunto de la escasez del agua por esta precisa época está tan complicado en Colombia, que ya de ello se ocuparon los medios de comunicación invitando a la sensatez en el uso del agua, y también anunciando la imposición de drásticas sanciones por el inadecuado uso de dicho recurso natural, todo lo cual, se itera, no fuera necesario si se educara a la población nacional para que protegiera con conciencia no solo el agua, sino todos los recursos que nos brinda nuestra sublime y bien ponderada naturaleza, sin embargo, en una revisión de sus pares, conviene dar una seria mirada a algunos países que en el mundo están también atravesando una verdadera situación de emergencia con muertes, no solo de vegetales y animales, sino de muchos seres humanos por falta de provisión de agua, para de esa manera, restablecer con facilidad nuestra conciencia y permitir que la misma nos lleve a la natural, permanente y adecuada visión de los necesarios controles que se deben tener con la conservación del preciado líquido, entendiendo de una vez por todas que los aparentemente insignificantes procesos cotidianos de lavado de las manos, de la boca, del cuerpo, así como el lavado de la casa, de ropa, de utensilios de cocina y del carro, entro otros, por más que consideremos que no son tan representativos, adquieren mucha trascendencia si los estimamos desde el punto de vista del importante aporte que hacemos entre todos, que somos millones, porque de esa forma, entre todos, aportaríamos incalculablemente en el ahorro y en la conservación de nuestros recursos hídricos, pero ya se dijo, para que lleguemos a eso, falta alcanzar el nivel de conciencia a que invocan las líneas atrás cimentadas, y como sea, es importante saber que si entre todos los colombianos ahorráramos el consumo del agua, arrojaríamos un resultado muy positivo y hasta previsible, partiendo de la base del consumo promedio Per Cápita de agua en el Sector Público Distrital tras la precisión: “El Consumo de agua en Metros Cúbicos por Persona al Mes en el año 2013 fue de 0,86”, determinación que realizó el Observatorio Ambiental de Bogotá en su página: http://oab.ambientebogota.gov.co/index.shtml?s=l&i=763, y es que sobre la base del consumo per cápita, bien podemos establecer que en Colombia, si todos fuéramos bien educados y tuviéramos un óptimo grado de conciencia en la guarda de nuestros recursos naturales, y nos propusiéramos garantizar el ahorro del agua, cuyo desperdicio también está calculado en términos generales en aproximadamente el 50% sobre la base del consumo, lograríamos así ahorrar miles de millones de litros de agua, que indudablemente aportaría un avance significativo en la lucha contra la problemática actual de déficit del agua, pero claro, primero debemos educarnos para lograr el grado de conciencia esperado, pues la preocupante situación está soportada en que según expresó el Director de Planeación sobre bases estadísticas soportadas en los estudios de esa entidad: “… mientras Colombia enfrenta una situación compleja por el desabastecimiento de agua por causa del fenómeno del Niño, en el país se pierde en promedio el 43% del agua potable,… las pérdidas de agua se presentan en todos los sistemas de acueducto en el mundo, razón por la cual la Comisión de Regulación de Agua estableció en 1995 que para Colombia el nivel aceptable de pérdidas es del 30%”,[12] es decir, estamos desperdiciando el agua por encima de los niveles mínimos aceptables sin que exista una reacción visible de la sociedad.

Cambios Climáticos - Calentamiento Global:

Como no se puede afirmar que es un fenómeno de la naturaleza misma, porque ya está inmiscuida la mano destructora del hombre en la influyente y determinante problemática del calentamiento global que resulta tener dimensiones mundiales y hasta universales, es menester precisar que la problemática de los cambios climáticos que se viene dando en el mundo, cuya causa es al parecer principalmente por los altos niveles de polución y contaminación producida por los gases arrojados sin control al espacio atmosférico, no se detiene con intrascendentes programas como el del “día del no carro” que se viene desarrollando no solo en Bogotá D.C., sino también en algunas otras ciudades de Colombia y además en muchos más lugares del mundo, pues el nivel de contaminación alcanzado en el espacio atmosférico de nuestro Planeta Tierra es tal que no se desvanece con programas de tan bajo nivel de participación como el referido día del no carro, nooooo!!!, lo que necesitamos es conciencia y muchas semanas y hasta meses del no carro y no solo en algunas ciudades sino en todas las partes del mundo, así como el control eficaz en la producción de petróleos y hasta el cierre temporal de algunas plantas de producción del nivel  industrial, que lo son más que de elementos de consumo, principalmente de contaminantes, pues se requiere de una lúcida reacción de los gobiernos del mundo encaminada a brindar equilibrio y estabilidad al factor climático del planeta, ya es hora de que arrojen resultados positivos pero materializados, cumbres climáticas como la realizada en la ciudad capital de Colombia, que deliberó durante el marco del Encuentro de las Américas Frente al Cambio Climático llevada a cabo el día veintidós del mes de septiembre del presente año, convirtiendo a Bogotá D.C., en una de las ciudades cuyo Alcalde, pese estar recibiendo muchas críticas, le está dando ejemplo al mundo sobre la forma como se debe mostrar un verdadero compromiso con el globo terráqueo frente al fenómeno del calentamiento global que está causando tantos desastres al planeta, en cuyo desarrollo el burgomaestre alcalde de la capital colombiana Gustavo Petro expresó con acertado y enconado aire socialista: “La orgía del oro negro, con la cual hemos construido el modelo de desarrollo, nos está exigiendo un cambio drástico en el planeta”[13].

Concluyentemente, es claro que el cambio climático vino para quedarse, que ya se causó un daño irreversible, y que lo único que se puede hacer en menguar su crecimiento, pero repito, el daño ya está, las temperaturas ya aumentaron y la capa de ozono ya no puede filtrar los rayos del sol como lo venía haciendo debido al alto grado de contaminación del medio ambiente, que alcanzó un nivel que ya no puede revertirse, solo se puede intentar detener su crecimiento pero si se actúa con prontitud, pues mientras ello ocurre, seguirán generándose más incendios forestales, afectándose los nacimientos de agua y disminuyéndose el caudal de nuestros ríos, frente a lo cual, los medios de comunicación y los gobiernos solo hablan con desdén del fenómeno del niño, pero entretanto, continuará el desequilibrio de la naturaleza, seguirá agotándose nuestro recursos hídricos, y literalmente, seguirá corriendo el aguan por entre nuestras manos, sin que podamos detener su inevitable escasez, lo cual en verdad es evitable con un verdadero modelo educativo que forme conciencia en los seres humanos beneficiarios de la gracia de la naturaleza.

[1] Art. 2 y 113. Constitución Política de Colombia. 1991.

[2] Título II. Capítulo III Constitución Política de Colombia. 1991.

[3] Plan Decenal de Educación de Educación 2006-2016.

[4] Comunicado de Prensa No. 22. Corte Constitucional. Sentencia C-332/14 (Junio 4).

[5] https://cborrador.lamula.pe/2015/08/25/sunass-participa-en-cumbre-por-la-semana-mundial-del-agua-2015/cristinaluna/

[6] Constitución Política Colombiana. 1991

[7] Constitución Política de Colombia. 1991.

[8] Ley 115 de 1994. Congreso de la República. Colombia

[9] El Nuevo Siglo. Edición del 11 de agosto de 2014.

[10] El Espectador. Edición 19 de marzo de 2014.

[11] Diario El Nuevo Siglo. Pagina 15A. Edición del 11 de agosto de 2014.

[12] https://www.rcnradio.com/nacional/en-colombia-se-desperdicia-el-43-del-agua-segun-planeacion-nacional/

[13] Bogotá. Ejemplo mundial en la jornada contra el calentamiento global. Dpia del no carro.Humanidad. Periódico Oficiald e la Alcaldía Mayor de Bogotá.Págiuna 14. Edición No. 55. Septiembre de 2015

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