Como lo habíamos pronosticado, el rector de la Universidad de Sucre, Vicente Periñán Petro, recientemente reelegido por tercera ocasión, destapó rápidamente sus cartas. El pasado 27 de junio finalizó el cese de actividades de los más de seis mil estudiantes que inició el 5 de mayo, producto de la decisión del Consejo Superior que aprobó la nueva forma de escoger candidatos a rector, donde los aspirantes serán postulados tras consultas internas a cargo de cuatro estamentos: los profesores, los estudiantes, los egresados y los trabajadores. Un triunfo de los estudiantes, cuando estos últimos no tenían ninguna participación en ese proceso, pero el consejo superior, en vista de lo alargado del cese de actividades, les dio voz y voto en reemplazo de otros dos estamentos que fueron suprimidos, los exrectores y las directivas académicas.
Pero allí no quedó subsanado todo. Por ese mismo cese de los estudiantes, el señor rector ordenó la suspensión de los contratos a más de 400 docentes falsamente mal llamados ocasionales, medio tiempo, tiempo completo y catedráticos. Por ello se declararon en asamblea permanente, impidiendo el regreso a clases. Los docentes, con el apoyo de ASPU, aprovecharon la ocasión para interponer un pliego de peticiones de diez (10) puntos, donde se solicitaba, entre otras cosas, iniciar los procesos de transición hacia la legalidad y formalización en la vinculación, y se establecieran dos (2) mesas de trabajo, para analizar entre otros aspectos la situación presupuestal y los logros de la excelencia académica de la Universidad.
Después de diez días de silencio absoluto del rector Periñán y en vista de que el semestre peligrara, los estudiantes intervinieron nuevamente y presionaron para que se reuniese con los docentes el día miércoles 29, en asamblea general. Con la presencia del renuente rector y sus funcionarios, se aprobó la totalidad de las peticiones de los docentes.
El señor rector juró y perjuró a todo pulmón que no habría retaliaciones ni percusiones de ninguna índole. Sin embargo, en las horas de la tarde se conoció la noticia de la destitución de dos exaspirantes a la rectoría y funcionarios administrativos de UNISUCRE como son Tulia Pérez de la Ossa y Cesar Augusto Valeta López. La primera candidata del señor Gobernador Édgar Martínez Romero y de la ministra Gina Parody (obtuvo esos dos votos), y el segundo del Senador Mario Fernández y del alcalde de Sincelejo Jacobo Quessep. Lo anterior una clara muestra de desafío institucional que ahonda mucho más las relaciones entre la ministra, el gobernador y el rector.
La comunidad universitaria y la prensa sucreña se preguntan qué pasará con los otros cuatro exaspirantes del entorno universitario ya que dos son de la nómina administrativa, Elmer de Jesús de la Ossa Suárez y Giovani del Rosario Torres Barrios y dos docentes, uno de planta, Jaime León de la Ossa Velásquez y uno de contrato Carlos Alberto Painchault Sampayo.
Mientras tanto, la Ministra hace caso omiso a los llamados del Senado y la Cámara y el Gobernador no asiste a presidir las reuniones del Superior.
La espada de Damocles penderá sobre sus cabezas y en cualquier momento caerán sobre sus endebles y desprotegidas figuras.
