Definitivamente los egos de los candidatos Íngrid Betancourt, Sergio Fajardo y Jorge Enrique Robledo, acabaron con la coalición del Centro como alternativa de poder.
Algunos sectores de la alianza del centro para acabar con la polarización que tienen adentro pensaron que la alternativa era la candidatura de Betancourt.
Algunos ingenuamente pensaron que los uniría más y se equivocaron. Los efectos han sido contrarios; Íngrid, con su clásico oportunismo que la ha caracterizado los dinamitó y los tiene más divididos que una torta en una piñata de niños.
Las posturas y los vetos que mostraron Íngrid y Fajardo en el debate de Semana contra el candidato Alejandro Gaviria fue de lo peor.
Ambos con su visión política maniqueísta de dividir a los colombianos entre buenos y malos, le dieron el último porrazo para hundir alguna viabilidad que tenía dicha coalición.
Indudablemente que el porrazo más fuerte para liquidar la coalición se lo ha dado Betancourt con su postura, porque acabó con el discurso de meses de la coalición que eran la alternativa para unir a los colombianos contra la polarización que generan los extremos: Uribe y Petro.
Pues, ahora son ellos los que enarbolan las banderas de otros tipos de polarización no solo dentro de la propia coalición, sino en el país.
Conclusión: Betancourt, con su impronta de calculadora, arribista, clasista, moralista y oportunista que la caracterizan no llegó a la coalición del centro a sumar, sino a restar, dividir y a anarquizar pasa sacar beneficios individuales con ciertos grupos económicos y centro de poderes en Colombia y Francia.