Son tantos ejemplos para situar en entredicho la calidad de nuestros proyectos de infraestructura que entrar a enumerarlos produciría un mayor desconcierto que el actual sobre el conocimiento de los ingenieros colombianos.
Las instituciones adjudican contratos a empresas europeas de gran reputación, sin embargo los resultados obtenidos en programación, costos y calidad no son los esperados.
Buscando posibles causas deberíamos —antes de buscar las faltas en materiales y estimaciones— indagar a los gerentes y directores responsables de los malogrados proyectos.
Una alta probabilidad podría ser que los perfiles y hojas de vida de los residentes de construcción en campo no cumplan con lo exhortado por los proyectos en curso y mucho menos con los planes de aseguramiento (QA) y control de calidad (QC).
Además, las visitas poco frecuentes a la obra de líderes con capacidades y experiencias previas no ayudan, ya que es un hecho de común que los ingenieros de obra no posean las herramientas para tomar las decisiones correctas frente a problemas técnicos comunes.
Cabe anotar que la ingeniería de construcción que trabaja de manera conjunta con la ingeniería de detalle no se adelanta debido a la inexperiencia y como consecuencia las actividades de construcción no son monitoreadas e instrumentadas apropiadamente.
En “defensa del ejercicio de la ingeniería”, ¿quiénes generan investigaciones técnicas para identificar los responsables y causas de los proyectos fallidos?
¿Podrían existir razones para hacer merecedores a los gerentes y directores de los proyectos de sanciones, en el evento que se demuestren que las fallas pudieron haberse evitado con controles adecuados durante el diseño y la construcción?
¿Qué razones pueden haber existido para la no aplicación de los planes de QA/QC o estos nunca fueron elaborados o considerados?
Los proyectos son construidos por individuos y si para el buen ejercicio de la ingeniería no se exigen responsabilidades, seguiremos desarrollando proyectos imperfectos, que impactan negativamente la imagen de las empresas contratadas y sus profesionales expatriados, pero principalmente extendiéndose esta indeseable apreciación sobre los ingenieros colombianos.
Sería productivo ver qué piensan las bancas de inversión que estructuran financieramente para conseguir fondos direccionados hacia proyectos de infraestructura.