Centro Mayor es la galería comercial más grande de Colombia, con 300.000 m² de construcción y unos 430 locales. Otros, aquí también en la capital DC, son el Santafé, el Mallplaza NQS, el Plaza Central y el Parque La Colina. En Medellín o cercanías están el Viva Envigado, el Mayorca Megaplaza y el Santafé. En Cali, el Unicentro, y en Mocanápolis-Bquilla, el Buenavista. Son los 10 más gigantescos del país. El “top ten”, como dicen los diyéis. O DJ´s.
Otros se levantan en estas ciudades y municipios importantes, con heterogénea y voluminosa oferta de mercancías y servicios, dirigida a compradores de las clases media y “alta”. ¿Lo de “alta” será porque juegan más baloncesto? ¿O porque habitan en penthouses?
La mayoritaria clase, que sería la “baja” si nos remitimos a que hay una “alta”, prefiere las plazas populares y las tiendas de barrio. La podemos llamar premedia, con mayor dignidad y precisión, puesto que precede en estatus a la media. Es la suma de los “pobres” y “vulnerables”, según el gobierno. “Pobre” y “vulnerable” van entrecomilladas porque no comparto tales conceptos. Son definiciones que heredó el actual gobierno. Me parecen humillantes. Solicito revisar esto, señor Petro.
Me explico. "Pobre" es sinónimo de miserable, indigente, menesteroso, mendigo, pordiosero y pedigüeño. Y "vulnerable" lo es de indefenso, desvalido, débil, endeble e inerme. Qué falta de respeto.
Retornando al tema, eso del comercio deslumbrante no siempre fue así.
Hubo épocas, como en la Antigüedad y la Edad Media, en las cuales los mercaderes eran menospreciados y explotados con pesados tributos impuestos por las clases nobles aristocráticas.
Aún más atrás, en tiempos de la prehistoria, los intercambios de tipo comercial estaban reducidos a la mínima expresión. Lo más parecido era el te-lo-quito-a-la-fuerza. O mejor, el saqueo.
Vivir en el periodo del salvajismo era como estar en la peor inmunda, con la filosa guadaña al cuello, al borde del precipicio y con un pie colgando en el vacío. Quiero decir, los factores de peligro eran miles.
Física hambre por temporadas, que podían ser largas y por tanto eliminatorias. Ataques atroces por competencia intraespecífica, es decir, por tribus invasoras. Picaduras de insectos, que podían ser de arañas venenosas, mosquitos que parecían helicópteros, alacranes ponzoñosos, etc. Inclemencias climáticas, como tempestades, inundaciones, heladas, avalanchas, sequías, ciclones. Dentelladas de tigres dientes de sable. Picadas de culebras. Azotes de enfermedades de las que no se sabía ni pío. Accidentes graves. Para resumir: cualquier dañino imprevisto y chao, bacalao.
Tenían que comer lo que apareciera, animalitos como ratas o animalotes como mamuts; y si no, a recoger frutas, a desenterrar raíces, y quizás, como en una canción de Pablus Gallinazo, a mascar flores.
Batallas campales estaban a la orden del día. Por cualquier mala mirada se desataban peleas, en los propios clanes. ¿Has visto que una gallina le da picotazos a otra? Tienen un estricto puesto jerárquico y problema de aquella relegada al final de la cola, ¡todas las demás la pueden picotear! Es así que el macho alfa de la tribu, como en la manada de lobos, era el primero en comer y tú sabes, el que parte y reparte... Eso del buen salvaje porque no había propiedad privada es una pura barrabasada del marxismo-leninismo.
Debería ser, todo lo anterior, una perspectiva a tener en cuenta para tratar de adquirir una mayor conciencia del gravísimo problema de la clase 12, premedia o desfavorecida por la diosa fortuna. “Óyeme, diosito santo, tú de aritmética nada sabías / Dime por qué la platica / tú la repartiste tan mal repartida…” Tema Plegaria vallenata, autor Gildardo Montoya Ortiz.
Por algo te he hecho fantasear con la idea de que muchos integrantes clase 12 están mejor que los cavernícolas prehistóricos. Imaginemos ahora que la clase premedia existe porque el país acaba de terminar una guerra contra alienígenas o que hubo un extraño fenómeno que destruyó casas, redes de servicios públicos, vías, etc., y que, por tanto, es necesario reconstruirlo entre todas y todos. Como Alemania y Nipón, luego del Segunda Guerra Mundial.
Verdad de a puño es que podemos mejorar. Debemos entender, entonces, que debemos participar en un verdadero cambio histórico.
Bien, suponiendo que seas de las clases media o posmedia, te propongo cuatro mínimas tareas. Es deber ayudar a familiares, amigos o conocidos del estrato 12, dándoles buenos consejos.
- Que adquieran responsabilidad. Haz que se interesen en temas de educación y salud. Que no permitan el consumo de bebidas alcohólicas en sus casas o apartachos, en especial si hay niños. Es uno de los peores ejemplos que se les puede dar. Que revisen hábitos de compra, adopten medidas de autoseguridad y que tengan cuidados preventivos de enfermedades y accidentes. Y evitar toda violencia intrafamiliar e intervecinal.
- Trata de lograr, de manera sutil, que le cojan cariño a la lectura. Que tengan una libroteca propia, así solo tengan El Principito y unos nueve libros más, entre los que puede estar uno de ajedrez. Invítalos a que se inscriban en una biblioteca pública, que presten libros y los lean, que les tengan cuidado y los devuelvan. Leer abre la mente. También, si te parece, apoya candidatos que prometan crear bibliotecas públicas en zonas populosas. Y por último…
- Haz un esfuerzo para que entiendan que los vecindarios pueden organizarse mejor. Podría ser para que haya intercambios de libros entre lectores, por ejemplo. En esto primero convéncete tú mismo, si es el caso.
- Y bueno, si eres estrato apostólico, o sea 12, actúa en consecuencia.