Vicente es sinónimo de fiesta, de mujeres. Todo lo que refleja él es eso, el macho mexicano por excelencia, una postura con la vida que le costó incluso el distanciamiento con su hijo Alejandro debido a los rumores que afirmaban que era gay. Doña Maria del Rosario Abarca Villaseñor.
La historia se ha contado de manera idílic. Vicente es de un pueblo llamado Huentitán de donde salió a buscar fortuna siendo muy joven. A comienzos de los años sesenta Chente regresó al pueblo y entonces vio a María del Rosario. El rayo del amor lo sobrecogió. Después de la misa de la mañana Vicente lanzó su estrategia para que esa “chaparrita caderona” como la llamaba, se quedara con él. Después de mucha insistencia le pidió que fueran novios y ella sólo le decía que, por favor, esperara hasta otro domingo, hasta otra misa, para darle la definitiva. Así lo tuvo, dando largas hasta que le dio el sí. Sin embargo, la fama incipiente del charro se interponía en el amor. Él debía viajar mucho al DF y un día le recomendó que mejor se consiguiera un novio porque la ausencia iba a persistir.
Ella le hizo caso y en otro regreso de Vicente a Huentitán encontró a un muchacho conversando en la puerta de la casa de Cuquita. Se lo presentó como el novio y Vicente, rotundo, como sus rancheras, le dio el ultimátum “Tienes 10 minutos para dejarlo porque tú y yo nos casamos el 27 de diciembre”. Y así fue.
A las fiestas se sumaron los cachos. Nadie sabe cuantas fans pasaron por sus armas, lo que si es seguro es que el primer rumor ocurrió en 1978. Así lo dice el portal de noticias RG Media: uando Patricia Rivera y Vicente Fernández se conocieron pues ambos protagonizaron la película “El Arracadas”, y volvieron a coincidir en 1983 en la película “Un hombre llamado el diablo”, después de eso ambos actores sostuvieron un romance por años que presuntamente derivó en el nacimiento de Rodrigo en 1987. Por esa época se armó un escándalo por la supuesta paternidad de Vicente Fernández, por lo que el charro mexicano decidió darle su apellido a Rodrigo y criarlo como su hijo, en ese entonces, doña María del Refugio Abarca Villaseñor, mejor conocida como Doña Cuquita, perdonó la infidelidad de su esposo y aceptó a Rodrigo en su casa”.
Merle Uribe, famosa vedette mexicana, también fue uno de sus cachos más sonoros. También Manoella Torres y la mítica cantante Angélica Maria.
Don Vicente sigue dando de que hablar después de su muerte y con la novela que acaba de estrenar Caracol lo más seguro es que su mito siga creciendo hasta tener proporciones siderales.