Durante la pandemia desatada por la COVID-19, el rechazo, la discriminación y las agresiones (físicas y verbales) se han convertido en el pan de cada día para los médicos y el personal de salud: en las calles de la ciudad, en los supermercados (donde tienen que entrar como las demás personas a abastecerse de alimentos) y hasta en sus mismas viviendas (con vecinos intolerantes que les piden que se vayan de los conjuntos residenciales).
Además, la emergencia ha dejado expuesta la situación de precariedad y las pésimas condiciones laborales de los médicos y enfermeras, quienes no tienen las protecciones necesarias para combatir el virus. Son tiempos difíciles para los prestadores de salud en Colombia, quienes, en vez de aplausos, quieren ser protegidos.
Esta mañana me levanté con una noticia que me dejó helada. Más que indignación, sentí una tristeza inmensa. Me quebré viendo el video del Dr. Buelvas, el único intensivista de la Clínica Adela de Char en Barranquilla, quien relata la amenaza que recibió en forma de coronas fúnebres envueltas en papel regalo y bolsa negra; una enviada al hospital donde labora y la otra en su casa, donde se encontraban su esposa e hijos.
Es realmente indignante y vergonzoso encontrarse con casos como estos, ¿por qué no podemos entender que los médicos son los verdaderos héroes en esta batalla contra el virus? Arriesgan todos los días sus vidas para proteger la de los demás. Además, a pesar de no contar con las medidas de protección que se merecen y exponiéndose al contagio, siguen ahí realizando su trabajo. Según El Tiempo, “en Colombia, a la fecha, hay 760 casos confirmados de COVID-19 en trabajadores de la salud” (mayo, 2020).
Recordemos que los médicos son formados para salvar vidas, pero no son dioses, ellos no deciden quiénes viven y quiénes mueren. Así mismo, aunque no hacen milagros, dan todo, absolutamente todo, por sacar adelante a sus pacientes.
Solidaridad con el Dr. Buelvas y con cada uno de los médicos que se encuentran en la primera línea enfrentando la lucha contra el coronavirus. Rechacemos todo acto de violencia y las múltiples agresiones y discriminaciones de las que son objeto el personal de salud. Exijamos apoyo, reconocimiento, empatía y sobre todo respeto hacia su profesión, así como educación ciudadana para disminuir la intolerancia y la ignorancia de unos cuantos. ¡Esto ya no puede continuar!, ¡ya basta!