Las organizaciones sociales, así como las ciudadanas y ciudadanos abajo firmantes, rechazamos categóricamente las amenazas de las cuales líderes, lideresas sociales y militantes de diferentes colectivos en el exterior han venido siendo víctimas. El caso más reciente ha sido el de la Colombia Humana nodo Suiza, en donde sus integrantes recibieron el pasado 21 de octubre amenazas contra su integridad física y la de sus familias [1, 2].
Hacemos responsables al gobierno de Iván Duque de todo acto que atente contra la integridad física y mental de las y los militantes colombianos de oposición y defensores de derechos humanos, en el país y en el exterior. Las campañas de odio y de estigmatización que desde el gobierno y el partido en el poder se vienen desarrollando en contra de los líderes y lideresas sociales, militantes y organizaciones tanto en Colombia como en el exterior, ponen en riesgo no solo nuestra labor de fortalecimiento del ejercicio democrático, de defensa de los derechos humanos, sino también nuestra salud mental y nuestras vidas.
Exigimos que se detenga esta campaña de desprestigio y estigmatización y que el gobierno se pronuncie en contra de este tipo de actos recurrentes, que cuestan la vida a tantas y tantos líderes sociales en Colombia y que se exportan fuera del país. Desde la firma de los acuerdos de paz, en 2016, 1260 líderes y lideresas sociales han sido asesinadas. Para 2021 Indepaz cuenta 145 asesinatos (esta semana una lideresa ambiental misak en Guambia) y 81 masacres (la más reciente cuatro jóvenes cantantes de rap que se encontraban en la plaza del municipio de San Rafael en Antioquia). Si sumamos las amenazas, las agresiones, las desapariciones forzadas y otros tipos de ataques, podemos decir que cada día dos líderes, lideresas son victimizadas.
Es momento de desmontar el pensamiento hegemónico que ha regido Colombia desde hace décadas, donde la oposición es perseguida y exterminada. Es tiempo de apostarle a la paz, a la democracia y a la construcción de un país en el que quepamos todas y todos. Cada amenaza en el país y en el exterior será rechazada con vehemencia.
Solicitamos a la comunidad internacional, a los gobiernos internacionales y al gobierno nacional, así como a la justicia, a hacer un seguimiento exhaustivo de las denuncias que realizamos y a desarrollar acciones que permitan la protección de los derechos humanos y la protección de la vida de los y las colombianas dentro y fuera del país.
A cada una y uno de nuestros colegas que luchan por un mejor país dentro y fuera del territorio colombiano, toda nuestra solidaridad y apoyo. A los y las que insisten en sembrar violencia y guerra, les invitamos a reconocer que otro camino es posible, que cada vida es sagrada y que la paz es una construcción colectiva y una apuesta que vale la pena asumir.
Firma:
Organizaciones, ciudadanos y ciudadanas que le apuestan a la paz.