Con sorpresa y enojo los barranquilleros han recibido las facturas del impuesto predial de este año con unos altos incrementos que van desde el 20% hasta el 100% con respecto al anterior. Lo anterior con el dudoso argumento de la administración de que lo que aumentó fue el avalúo catastral, de acuerdo a unos parámetros que nadie conoce, dizque porque se disparó la valorización de las viviendas, gracias al esfuerzo de la alcaldía de arreglar los parques, canalizar los arroyos y pavimentar las vías, olvidándose que para ello le impusieron a los habitantes dos injustas y onerosas valorizaciones, cobran la sobre tasa a la gasolina destinada al arreglo de la malla vial y el impuesto a la telefonía local para el mantenimiento de los parques. Contradiciendo de esta manera las propias afirmaciones de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla a anunciar públicamente que en la ciudad el negocio inmobiliario se desaceleró en el 2017.
A lo anterior, se suma el hecho que la alcaldía se convirtió en juez y parte al manejar desde el año 2017 la actualización catastral que estaba anteriormente en manos del Igac, es decir impone el nuevo valor de las viviendas y al mismo tiempo cobra los escandalosos aumentos del predial que tasa, con unos milajes por estratos de los más altos del país.
Todo esto se venía venir cuando el año pasado el concejo distrital, con la única excepción del concejal Antonio Bohórquez, aprobó el presupuesto para el 2018, donde proyectaron un aumento del 28% en los ingresos tributarios y para el caso del recaudo del impuesto predial una impagable alza del 48%, sin tener en cuenta que el incremento de la economía del país está fijada para este año en apenas un 2,6%, adicionada a la precaria realidad socioeconómica de nuestra urbe, donde más del 50% de la población se encuentra desempleada o en la informalidad. En el fondo este ataque alcabalero del distrito contra la ciudad, reafirmando lo que ya ha había denunciado Fundesarrollo en su investigación que Barranquilla es la ciudad con la mayor carga tributaria del país, se origina fundamentalmente a causa de unos mayores niveles de endeudamiento y el de tratar de cubrir el déficit de caja que existe actualmente.
Pero la ira de los barranquilleros se disparó aún más cuando se enteraron que mientras ellos son tratados con mano de hierro en política tributaria, a los negocios de la familia del alcalde Alejandro Char y a poderosos grupos económicos como Argos le aplican guantes de seda, con unos beneficios tributarios que rayan en el mayor descaro y corruptela.
Ante esta medida tomada por el distrito como es el alza excesivo del predial, importantes dirigentes sociales y de la academia de la ciudad se han reunido para analizar la situación y tomar medidas al respecto, entre ellas, denunciar el lesivo aumento del impuesto predial, elaborar las acciones jurídicas respectivas, realizar un evento académico público sobre el tema y organizar una gran movilización ciudadana.