La problemática más sentida en el resguardo indígena de caño mochuelo es la seguridad alimentaria. Los múltiples casos de desnutrición son una situación que ni en el gobierno, ni nuestros hermanos indígenas, puede tapar con un dedo. A partir del reconocimiento de esta triste realidad, los líderes comunitarios, desde el 2010, se vieron obligados a emprender una maratónica transformación de su territorio.
En esta nueva tarea les acompaña el Sena y otras entidades que les han capacitado en técnicas para cultivar y operar maquinaria agrícola. Además, a la par se ha fortalecido la lucha ante el gobierno local y regional para que se invierta lo que corresponde.
¿Cómo se decide en qué invertir los recursos de las comunidades indígenas?
Una vez el Gobierno nacional hace la ecuación matemática de acuerdo al número de población por unos porcentajes establecidos asigna e incluye los recursos correspondientes al Sistema General de Participaciones (SGP), los cuales van a una cuenta especial en los municipios con un destino específico de forzosa inversión en las comunidades indígenas. Una vez se sabe cuánto dinero se tiene, las comunidades indígenas se reúnen al interior de su resguardo y de acuerdo a su Plan de Vida (Plan de Desarrollo), deciden en qué invertir esos recursos. Ese plan de inversión debe dársele a conocer de forma sustentada al alcalde, quien actúa como ordenador del gasto para que le dé el trámite correspondiente.
Es así como hoy la Administración Municipal de Hato Corozal compró estos tractores agrícolas con unos accesorios, y con los cuales las comunidades indígenas pretenden continuar transformado su territorio, para así lograr salir de la crisis en seguridad alimentaria por la que atraviesa sus miembros.
Las máquinas y complementarios adquiridos son: 3 tractores agrícolas (Kubota M108S) con una potencia mínimo de 95 hp, 3 rastras de discos, 3 remolques con quinta rueda, un tractor agrícola potencia mínimo de 105 hp, capaz de mover una cuchilla delantera y en el lado posterior un brazo de retroexcavadora. La inversión asciende a más de 742 millones de pesos.
“Lo que hoy se está invirtiendo en el Resguardo Indígena Caño Mochuelo jurisdicción de Hato Corozal, corresponde a los recursos que se transfieren por SGP a una cuenta especial en los municipios, con destino a la población indígena y de forzosa inversión, los cuales, parte de ellos se venían acumulando desde el año 2010” puntualiza Milton Chamarravi, miembro de resguardo, al referirse a la maquinaria agrícola nueva que va en camino a su comunidad.
“No es fácil poner a producir las tierras de Caño Mochuelo; revolcar la madre tierra será más fácil con estas maquinas, pero debido a lo árida que es en este extremo del Casanare, tendrán que hacerse inversiones en abonos y por su puesto en semillas” comenta Milton. Es un gran esfuerzo y dedicación, pero hay que hacerlo si se quiere salir de la hambruna, que agota la vida en Morochito (familia Sáliba), Mochuelo (familia Wamonae) y Tsamani I, Tsamani II (familia Sikuani) pertenecientes al Resguardo Caño Mochuelo, que cada vez se hace más chico frente al número de pobladores.
Luchar contra la corrupción (igual causa de los “buenos blancos”) será otro de los retos en estos pueblos en donde también logro permear este “cáncer social”.