A tan solo un día del paro y ya se ven allanamientos como la del medio alternativo Cartel Urbano y militarización en algunas partes de la capital. Pero es precisamente por ello, que se denota un miedo enorme en el gobierno y toda su cúpula. Aunque esta vez, es un evidente miedo al pueblo. Pues estos medios alternativos han optado por que el pueblo opine y se informe. Y si el pueblo se puede manifestar e informar, se reducirán las injusticias, las inequidades y demás.
Es más, mientras la mayoría se ha sumado al paro, entre maestros, estudiantes, indígenas, sindicatos de trabajadores, universidades públicas y privadas, partidos políticos, personalidades, en fin, otros se han restado sin importar mucho. Pues lo sustancial son las masas, pero las masas de los buenos y los que están cansados de tan mal gobierno. Dirán muchos: el peor de todos.
No se trata de salir a las calles y destruir todo a su paso. Se trata de mostrar el descontento por el regreso de la guerra en medio de un proceso de paz. Se trata de evidenciar el descontento por las decisiones políticas y la animadversión del gobierno y sus adeptos, que parecieran no saber que el mundo está globalizado hace décadas (incluyendo a Colombia) y la información corre a toda marcha y que, como alguna vez lo oí en la universidad: los medios de comunicación son el cuarto poder. Un cuarto poder más influyente que los tres restantes. No obstante, tales medios influyen de manera positiva cuando revelan verdades. No cuando con sesgos políticos parcializan u omiten la información. Y de manera positiva, me refiero a quitarle la venda de los ojos a los receptores de la información y a que, a pesar de los sucesos perversos y absurdos a las espaldas de los ciudadanos, siempre es mejor saber la verdad.
Es por ello por lo que ahora (sin dejar de lado algunos medios tradicionales) se puede encontrar medios alternativos diciendo la verdad, pero sobreviviendo a punta de donaciones. Medios en donde la investigación y la información verídica hace parte de sus objetivos. Todo con el fin de aportar un granito de arena en este mundo lleno de escombros que no deja ver a muchos lo que sucede dentro de su contexto y cree que todo es “color de rosa”. Al punto de mostrar una horrible indiferencia que perjudica, inclusive más.
Aunque, al parecer ya no es necesario hablar de indiferencia en este país. Cito una de las frases de Elie Wiesel que resulta relevante para la protesta del próximo 21 y es: “Lo contrario al amor, no es el odio, es la indiferencia”. Por lo mismo, es que la indiferencia mata. La indiferencia causa tragedias. La indiferencia es igual al más o menos, a ni frío ni caliente y a ni sé ni me importa. Es lo mismo que ver un atraco y no hacer nada. Es lo mismo que ver lo que está pasando en Colombia y no hacer nada.
Por lo tanto y, en definitiva, hay que hacer algo. Apoyar a los medios de comunicación, sean alternativos o no, y que nos han informado con la verdad, es hacer algo. Salir a marchar es “hacer algo” y eso es mejor que no hacer nada. Sin violencia y de forma creativa y colectiva se debe protestar. Es otro derecho contemplado en la Constitución Nacional y ese no nos lo pueden arrebatar.
