En las elecciones de 2019 se rompieron varios récords en Medellín: Daniel Quintero se convirtió en el alcalde más votado desde que se instauró la elección popular; la uribista Nataly Vélez se alzó con la votación más alta en el concejo y el movimiento feminista Estamos Listas irrumpió con fuerza en la escena electoral; asimismo, el movimiento Independientes se convirtió en el grupo significativo más votado en la historia del concejo, ubicándose en el cuatro lugar con 62.404 votos (8.39% de la votación total) y superando a partidos con más tradición electoral en la ciudad (como Alianza Verde). Así, la lista de Quintero ingresó dos concejales y superó a Creemos (el movimiento de Fico Gutiérrez que en 2015 alcanzó 51.287 votos). Para el 2019 Creemos desapareció del mapa electoral y sus dos concejales se integraron al movimiento Todos Juntos. El “fiquismo” se dispersó en varias listas y solo repitió en el concejo Daniel Carvalho.
A Fico no le interesó que la plataforma que lo llevó a la alcaldía se convirtiera en un movimiento nacional o que tuviera continuidad (hasta Santiago Gómez se avaló por otro grupo significativo). ¿Le pasará lo mismo al movimiento Independientes?
¿Independientes al Congreso?
Para que un grupo significativo se convierta en un movimiento nacional debe presentar una lista al Senado o un conjunto de listas departamentales a Cámara. Al superar el umbral del 3% de la votación válida (que para 2022 podría rondar los 650 mil votos) pasaría a obtener la personería y de facto los derechos y deberes de un partido político (avalar candidatos, financiación y participación en medios de comunicación). Infortunadamente, en el país no existe la figura del partido político regional (muy propio de los estados federados) o partido político de afiliados (figura que se contempló en la fallida reforma política de 2017). Solo es posible alcanzar la personería pasando por una elección nacional. De cara al 2022, Independientes no presentará listas propias al Congreso, circunstancia que deja en veremos su posibilidad de convertirse en un movimiento político de alcance nacional. Sus apuestas a Cámara y Senado se dispersarán entre candidatos afines avalados en las listas del Pacto Histórico, Alianza verde y el partido Liberal. Algo similar pasó con Creemos en 2018, ese año el movimiento de Fico decidió no presentar listas al Congreso y optó por apoyar candidatos afines en el uribismo y el fajardismo.
¿Sigue Independientes el mismo camino de Creemos?
Sí, al menos, en su estrategia frente a las elecciones legislativas. La realidad es que Independientes no tiene, por el momento, la capacidad financiera o logística para estructurar listas propias a Cámara o Senado porque es un movimiento pequeño y local. En la práctica, opera como la fusión del sector de Quintero y el grupo del concejal Luis Bernardo Vélez (quien buscará ser candidato a la alcaldía en el 2023). A pesar de la visibilidad de Quintero, esto no resulta siendo un incentivo ideal suficiente para impulsar un proyecto político a escala nacional, y mucho menos, cuando el alcalde se encuentra inhabilitado para “participar en política”. Además, sus principales cabezas políticas se encuentran ocupando cargos en el gabinete (como Juan Pablo Ramírez en la secretaria de Participación), están en el concejo o tienen las apuestas concentradas en las próximas elecciones regionales (en el caso de Luis Bernardo). Así que la idea de Quintero, expresada en una entrevista al periódico El Tiempo en noviembre de 2019, en el sentido de que “el movimiento Independientes se tome el país”, deberá esperar. Al menos, hasta que salga de la alcaldía o cambien las reglas electorales.
Por el momento, su mayor reto se encuentra en no seguir los pasos de Creemos y no perder vigencia.
