Siempre quise saber cómo una actriz se consagra en el escenario. Ya lo supe: lo hace María León en el papel de Nawal, la mujer que cantaba, en la muy dramática y dolorosa obra "Incendios", que la Casa del Teatro Nacional presenta hasta el próximo 31 de mayo.
Original del libanés Wajdi Mouawad, la obra fue llevada al cine en 2010 bajo la dirección de Denis Villeneuve. Desde entonces, María León tenía una fijación: representar a la mujer que da a luz a un hijo y pare a otros dos en medio de la guerra. Estableció contacto hace varios meses con el director peruano Miguel Ángel Rivera, quien reunió un elenco colombo-chileno para presentar la obra en nuestro país.
Y de la misma manera como "Incendios" fue nominada al Oscar como mejor película extranjera, en Colombia sería merecedora de los más altos reconocimientos por el libreto, la puesta en escena, la escenografía, la dirección, la actuación de las cinco mujeres y los cuatro hombres que durante dos horas y media transportan a los espectadores a un lejano país del oriente medio donde ocurren aberrantes situaciones propias de la guerra. Aunque los colombianos no tendríamos que viajar mucho para sentir esos horrores a los que les damos la espalda en la comodidad de nuestras casas.
El director Miguel Ángel Rivera señala que en "Incendios" “hemos reconocido nuestras propias historias de violencia y desplazamiento, pero también de amor y búsqueda de la verdad”. Les dedica la obra a sus hijos, como Nawal les muestra a los suyos el camino para que descubran, por sí mismos, verdades que no les contó porque cuando ella las supo calló de manera ineluctable. Ordenó en su testamento que fuera enterrada desnuda y con la cara hacia la tierra, de espaldas al mundo, y que sobre la tumba no fuera colocada lápida alguna, sino después de que la memoria hubiera sido recuperada.
“Nosotros no quisimos la guerra ni la violencia, pero hicimos la guerra y fuimos violentos. Hemos fracasado en todo, quizá lo único que podamos salvar sea la dignidad”, dice Nawal en uno de los momentos cumbres de la obra. “Ahora que no sé qué hacer, ¿qué hacemos?”, pregunta Sawda, hermana en la guerra y cómplice de Nawal, en uno de esos instantes en los que parece dirigirse a un laberinto sin salida, como en cualquier escena en la que las armas son las que deciden, pues no lo hacen ni siquiera quienes las utilizan.
Los espectadores en un momento nos vemos convertidos en los miembros del jurado de un tribunal, pero no emitimos el veredicto. O al menos no lo hicimos de manera abierta, porque en las guerras de pronto encontramos que también somos culpables. El veredicto que sí puedo dar, yo, es que "Incendios" es una excelente obra de teatro, en la que María León cierra de manera magistral, que la consagra como la actriz que es. Sin adjetivos redundantes.
