La Policía Nacional incautó este lunes varios elementos de uso privativo de la fuerza pública que presuntamente serían entregados a grupos armados ilegales en la subregión del Urabá antioqueño, según informaron las autoridades.
“En desarrollo de operaciones de contrainteligencia desplegadas con el objetivo de garantizar la aplicación de normas para la transparencia y la legitimidad, se tuvo conocimiento sobre un vehículo de la institución que se dirigía hacia la zona de Urabá”, señaló en un comunicado la séptima división del ejército, encargada de Antioquia.
Asimismo, explicó que el conductor, que es funcionario no uniformado de la Policía, inició el recorrido desde la ciudad de Bogotá con el fin de descargar el material en el municipio de Carepa. Sin embargo, en un puesto de control fue requerido el vehículo y se produjo el hallazgo de morrales y camisetas con las marquillas de la institución, camufladas entre muebles y enseres de hogar.
“Se encuentran 200 morrales que son utilizados para actividades de campaña por parte de la fuerza pública al igual que 2.000 camisetas también de uso privativo para nuestra fuerza pública”, indicó a Noticias Caracol el coronel Giovanni Buitrago, comandante de la Policía de Antioquia.
El conductor informó que él se limitó a seguir órdenes para realizar el recorrido y dejar la mercancía, y según lo que se conoce hasta ahora, iba a ser abordado en carretera por desconocidos donde tenía que entregar estos elementos.
El comando lamentó “esta clase de mal proceder de unos pocos, que desafortunadamente pone en tela de juicio el nombre de todos los hombres y mujeres que trabajan con honestidad por la seguridad y protección del país”, concluyó el texto.
¿Quién controla el Urabá antioqueño?
De acuerdo con la Fundación Paz y Reconciliación-Pares, la región del Urabá antioqueño está totalmente controlada por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo luego de ganarle una violenta guerra a ‘los Rastrojos’ que intentaban disputarle el territorio.
El Clan del Golfo nació ligado a la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) realizada entre 2003 y 2006. Un año después del desarme paramilitar, alias ‘Don Mario’, quien había comandado el Bloque Centauros de las Autodefensas huyó hacia el Urabá antioqueño con aproximadamente 150 hombres con el propósito de controlar las rutas del narcotráfico.
Así las cosas, en la actualidad las AGC hacen presencia en alrededor de 300 municipios de los 1.122 del país, y sus principales actividades son el narcotráfico, la extorsión y el secuestro. Su máximo cabecilla es alias ‘Otoniel’.
Pares habló con el investigador Juan Gómez, experto en la subregión del Urabá; quien contó que el siguiente ejemplo retrata perfectamente quién controla la zona: “hablé con un vendedor de cigarrillos en Apartadó y me dijo ‘En Urabá no se vende un cigarrillo sin permiso de los paramilitares’”.
Gómez también aseguró que, tras la salida de la exguerrilla de las Farc de las zonas históricamente ocupadas, se han producido enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las AGC, pero en cercanías del municipio de Juradó del bajo Atrato en el Darién chocoano para ocupar corredores estratégicos.
Sin embargo, “esa guerra la están ganando las Autodefensas Gaitanistas de Colombia porque prácticamente ya son dueños del corredor más grande históricamente de la zona entre Turbo y Truandó para llegar hasta el Pacífico”, apuntó el investigador.
¿AGC metidas en ejército ‘antirrestitución’ de tierras?
El llamado ‘ejército antirestitución de tierras’ comenzó a sonar nuevamente producto de la implementación del Acuerdo de Paz firmado en La Habana que estipuló en uno de los ejes del punto uno (1) de Reforma Agraria, la restitución de tierras.
Esta medida busca retornarle los predios a las víctimas del conflicto armado que sufrieron del despojo de tierras o desplazamiento forzado. Sin embargo, hay grupos quienes se oponen a la restitución.
En ese sentido, los líderes de la región han asegurado que como tal no existe un grupo armado con un objetivo de controlar territorios, ni de permanecer, sino que son mercenarios que han convivido con los habitantes en Urabá: exintegrantes del ELP, de las Farc, de las AUC y del Ejército, que son contratados por ciertos sectores de los empresarios ganaderos, palmicultores y bananeros.
“Entonces, prácticamente son sicarios a sueldo que trabajan para estas personas”, indicó el investigador. Por su parte, los habitantes de la zona han dicho que las AGC no están detrás de este “ejército antirrestitución”, ni de los asesinatos a líderes de restitución de tierras, puesto que, les han dejado claro que lo único que no admiten es que en el proceso de la restitución lleven a la fuerza pública al territorio.
Lo que sí puede estar sucediendo es que miembros de las bases de las AGC estén siendo contratados para atentar en contra de las personas que están trabajando y comprometidas en este proceso de restitución.
*Artículo originalmente publicado por la Fundación Paz y Reconciliación-PARES.