No hay nada más enriquecedor y orientador que escuchar las cuitas económicas, entre otras, de un experto industrial y de la vida como Arturo Calle. Me encanta escuchar la exacta medida de sus emociones sobre los temas cuando da una entrevista, porque tiene la pausa, el tono y la palabra justa para lo que quiere decir.
En entrevista ayer con Blu Radio, se refería a la suspensión en la contratación (que no al despido) de sus 400 “finsemaneros”, muchachos universitarios que trabajan como temporales, por la dura situación económica que vivimos los colombianos. “La principal razón para esta decisión, es que la carga tributaria le quitó la capacidad de compra al consumidor”, dijo el empresario, pero agregó que “no solo el IVA. Todo en general. El impuesto al consumo del 19 % es muy alto para un país pobre. Es un país en donde la mayoría de la gente tiene bajos recursos; los impuestos prediales para la industria en Colombia son “infinitamente infames”.
Llegó a mis manos el análisis económico que para sus abonados hace sobre la situación del país la firma Gestión Legislativa, de Javier Hoyos Arboleda. Dice el economista que “a pesar de que se señala a los precios del petróleo como causantes de la desaceleración económica, éstos han aumentado un 30 % en el primer semestre frente a igual periodo del año pasado; y los del carbón un 68 %. Por lo tanto, son otros factores los que explican el deterioro adicional de la economía: la elevación del IVA, la mayor tributación de las personas naturales y la mayor cautela de los consumidores ante las perspectivas difíciles de la economía. Otros factores que vienen de tiempo atrás han afectado la inversión y el consumo: la inestabilidad tributaria (seis o siete reformas o modificaciones tributarias durante el periodo del presidente Juan Manuel Santos); el aumento de las tasas de interés en momentos en que venía bajando el consumo; y la demora en regular el tema de las consultas previas”.
¿Y saben qué? ¡El año entrante volveremos a tener reforma tributaria!
¿Por qué?
Porque no hay plata ni para el posconflicto
¿Y saben qué? ¡El año entrante volveremos a tener reforma tributaria!. ¿Por qué? Porque no hay plata ni para el posconflicto. En su programa macroeconómico, el Gobierno calcula en 150 billones de pesos el monto de este rubro para ejecución en 15 años. Lo cierto es que lo que hay son partidas de entre un billón y medio y dos billones. ¿Y el resto de plata? Al que gane las elecciones se gana también el chicharrón del posconflicto… Solo hablando de un punto no más.
Aunque Arturo Calle haya sido políticamente correcto en su intervención, porque le agradeció a este y los demás gobiernos, yo sí creo que está muy molesto con los impuestos que está pagando. Tanto que dijo que en tapar los huecos que deja la corrupción, se fue la última reforma tributaria. Contó cómo conocía empresarios que decían que debían evadir impuestos para subsistir. Este industrial asegura que es necesario tener unas normas que permitan que todos tributen, pero que hay que dejar capacidad de pago a los colombianos.
“El comercio organizado en Colombia y la industria no está aguantando más unos prediales infames, unos impuestos de valorización, un cuatro por mil, un impuesto de renta, un impuesto de industria y comercio una retención en la fuente y un impuesto al patrimonio. Colombia es un festival y un carnaval de la evasión. Aquí el impuesto existe para las empresas y los colombianos organizados y para los empleados que trabajan con el Estado y con empresas serias que no pueden evadir. Del resto la evasión es total”, dijo el industrial en Blu Radio. Mejor dicho, está como Bruce Mac Master, de la Andi, criticando a su amigo el Presidente. ¡Cómo estará de dura la cosa!
Así las cosas, tengan en cuenta que –según Gestión Legislativa- no se vislumbra en el corto plazo un cambio significativo en el crecimiento económico y así lo confirman los datos suministrados por el Dane. Aseguran que las cifras demuestran que la economía colombiana continúa débil. Como se recordará, el primer trimestre había crecido el 1,1% (el Dane lo reajustó al 1,2 %) e informó que en el segundo trimestre la economía creció el 1,3 %. Durante el primer y segundo trimestre del 2016, la economía crecía al 2,5 %. Nada promisorio el panorama.
¿Y entonces, el empleo? Dice Hoyos Arboleda que el impacto negativo en el empleo se ha sentido con mayor fuerza en los centros urbanos. La tasa de desempleo promedio mensual en las 13 principales ciudades, durante el primer semestre, fue del 11,2 % mientras que hace un año era del 10,48 %; mala cosa. Como quien dice, ahorren mucho, pero mucho mucho para el año entrante que no pinta nada bien.
¡Hasta el próximo miércoles!
