La improvisación y la escasa respuesta del 123 ponen en entredicho el profesionalismo y la velocidad de respuesta de las autoridades o empresas de servicios públicos "competentes".
Sobre la carrera Séptima, en la esquina de la diagonal 74, en Rosales, a algún “brillante” individuo (estoy siendo irónico, por supuesto) se le ocurrió colocar una improvisada placa metálica para tapar un hueco.
El problema es que cada que pasan vehículos y sobre todo buses la placa golpea estruendosamente contra el pavimento, con un sonido casi tan intenso como un balazo.
Este ruidero, sobre todo en las noches, cuando la ciudad ya está mucho más silenciosa, ha impedido dormir a los vecinos de edificios cercanos.
Incluso el problema se ha reportado a la línea 123, para que se retire esa placa y se implemente una solución definitiva a la brevedad, pero el problema persiste este viernes 3 de agosto a las 14 horas, lo que también pone en entredicho la velocidad de respuesta de las autoridades o empresas de servicios públicos competentes.
Mucho se critica, con razón, que niños o bromistas hagan un uso inadecuado de esta línea 123 de emergencias, pero también es cierto que no siempre tienen la capacidad de interacción y coordinación con otras entidades u operadores para encontrar soluciones prontas a problemas de la ciudad.
Ojalá este artículo contribuya a que se resuelva este problema de la improvisada placa metálica de inmediato y los vecinos podamos volver a conciliar el sueño.