En estos tiempos difíciles se han acrecentado los problemas de salud mental en todo el mundo. Como es de esperar, en Colombia seguimos con el estigma de creer que si buscamos ayuda de un psicólogo o un psiquiatra estamos locos y nos van a señalar con el dedo. Las estadísticas de la OMS hablan de un 85%-95% de personas que no acceden a tratamiento, sumándole a eso problemas de alcoholismo, drogadicción, etc.
Asumir un trastorno y sus consecuencias (terapia y medicación) es de personas valientes y no de locos. Quienes hemos pasado por una depresión, un intento de suicidio o lo hemos visto con alguien cercano sabemos lo difícil que es emprender este camino en pro de una recuperación satisfactoria, al punto de no depender de un medicamento para llevar una vida “normal” y de no sentir el miedo al que dirán o a que solo te digan que dejes de hacer show y que solo estás aburrido.
Si tú has experimentado ansiedad, depresión o pensamientos suicidas, rodéate de personas que te ayuden, que te escuchen y que tan solo te digan "ven y nos tomamos un café". Es una situación difícil, a la que muchas veces no le vemos salida, pero que sí tiene y toma tiempo. Así que no corras, deja el afán. Tómate tu tiempo, sana y entiende que tu proceso no es igual al de tu amigo o al de un extraño. Tú decides cuánto tiempo te va a tomar.
Ánimo, al final siempre hay luz, aunque te tome toda una vida llegar. Abrázate, perdónate y perdona a quienes te han puesto en ese lugar.