Siempre pensé, presunciones de la vida, que Imágenes Regionales era un proyecto del Ministerio de Cultura. Pero no, es un proyecto del Banco de la República en el que siete curadores y un coordinador curiatural recogen una serie de obras, noventa y dos en este caso, condensadas en siete ejes polémicos: Ofrendas y Prácticas ancestrales; Fuentes de Alimento; Humanos y no Humanos; Arquitectura, Utopías y Distopías; Cuerpo y Tiempo; Opacidad; y Cultura Material. Un proyecto que ya tiene sus antecedentes, una propuesta válida y necesaria para mostrar las expresiones plásticas, la versión del mundo de cada región según su geografía.
Raúl Ballesteros, Barracuda azul
Sin embargo, todos los siete ejes y sus mandatos pueden interpretarse de mil formas. La exhibición es inesperada, las categorías a las que están confinadas las obras no permiten conocer el principio y el final de cada proyecto. La necesidad de clasificarlas crea fronteras contrarias a la esencia misma del arte, la libertad de creación. Al poner distancias que crean abismos conceptuales sobre lo que representan las obras, el proyecto liderado por Luis Fernando Ramírez Celis, coordinación curaturial, tiene más objetivos conceptuales que curadurías acertadas. Hay muy pocas obras buenas, pero apareció sorpresivamente dentro del montaje Aníbal Maldonado, un muchacho que conocí cuando se graduaba de la universidad Nacional, un artista que sé jamás me va a decepcionar. En la exposición tiene obras de un “Cuaderno de Apuntes” que dejan ver a un artista capaz de seguir una pista histórica hasta llegar a una creación práctica, novedosa, irreverente. Crea personajes en figuración académica, caricaturas de la sociedad de los cincuenta, en los que la opulencia y la arrogancia, la estética del poder de la realidad de entonces están representados, no solamente los símbolos del poder sino los modales, los diseños de moda de la época, las maneras, las formas, los gestos corporales hacen parte de toda la imagen. Aníbal es un luchador que tiene fuerza.
Mario Guzmán, Consagración
El otro que me llamó la atención fue Mario Guzmán, un nuevo pop con todos los códigos de la guerra, el encierro y la presencia militar en una imagen en la que los símbolos violentos casi inadmisibles, no interrumpen la imagen de la virgen. Un nuevo pop interesante que abre caminos a las nuevas generaciones. El resto de la exhibición es una muestra de expresiones artísticas empacadas en convenciones y ajustes conceptuales, para formar parte de una exposición que tiene como subtitulo Territorios Guardianes.
Queda en todo caso la pregunta de si son necesarios diez curadores para reunir siete conceptos. El brochure de la exposición tiene en su portada los nombres de los siete curadores y nada sobre el contenido de la exposición. El título mismo de la exposición Un primer acercamiento para la visualización y posicionamiento de la producción plásticas Afro en Colombia habla más de burocracia que de arte. Siempre hay una idea entre el espectador y el montaje de la exposición que viene de la curaduría. Pero si todo está ya encajonado en títulos, ¿cuál curaduría? La nota a resaltar, el curador de Pacífico y Amazonia, Edison Quiñonez, es sincero al hacer su lectura del Amazonas.
