La madrugada del 1 de abril de marzo de 2017 fue la más larga noche que ha vivido la capital del Putumayo en toda su historia. Cuando el agua convertida en barro que llevó gigantes piedras como polizontes se cansó de haber arrasado con todo a su paso quedaron 333 muertos y 71 desaparecidos y 398 heridos. Las cifras las entregó Medicina Legal un par días después.
La avalancha que se formó por el desbordamiento de los ríos Mocoa, Mulato y Sangoyaco, que se llenaron a reventar por los aguaceros hechas tormentas de aquellos días y que terminaron uniéndose para acabar con 12 barrios pobres que fueron levantados a la orilla de esos ríos. Las familias que en esa fatídica madrugada lo perdieron todo no tenían donde más levantar sus casas. Y los gobiernos, aun conociendo la inestabilidad de la zona y el inminente peligro que corrían centenares de familias les legalizaron sus barrios que se acabaron en ese primer día de abril de 2017.
Casi 1000 casas fueron derribadas. 1209 familias fueron las víctimas de la tragedia, según el censo que luego se hizo cuando el Estado llegó con sus entidades a ver qué hacía y cómo lo hacía. Hoy, seis años después de ocurrida la tragedia, unas poquitas familias de todas las afectadas tienen casa. Juan Manuel Santos le entregó el gobierno a Iván Duque en 2018, un años después de lo ocurrido, con 300 casas entregadas. Durante el gobierno de Duque no se entregó ni una sola casa y 909 familias siguen esperando. Y hoy son más pobres. No tienen casa y las esperanzas de tenerla es una ilusión que les va acabando con el paso de los días, los meses y los años.
María Isabel lleva los últimos seis años, de los 65 que tiene, haciendo filas y asistiendo a reuniones donde le dicen, como a los otras mil personas, que pronto le darán su casa. En los cuatro años y medio que ha pasado desde la primera entrega de casas, se han levantado las paredes en bloque y empañetadas en cemento de unas 300 casas. No han nada hecho más.
Bien lo dijo el Contralor general Carlos Hernán Rodríguez, la reconstrucción de Mocoa ha sido la segunda tragedia de esta ciudad. La Contraloría no lo puede decir, pero la gente en el pueblo, los que están a sol y al agua esperando su casa, sí dicen, sin miedo alguno, que toda la plata de la que hablan como inversión en Mocoa para su recuperación al parecer se la están robando.
La contraloría ha encontrado varias obras inconclusas, sobre las que les tiene el ojo encima. En algunas de ellas, como la construcción del megacolegio, la cárcel y la plaza de mercado, no ha podido actuar porque las condiciones de los contratos, aunque con más de cinco años de atrasos dicen que las obras están en ejecución.
Con la construcción de las 900 casas que hace falta entregarle a los que perdieron la suya, que se harían bajo el nombre de urbanización Sauce 2 etapas 1 y 2 el contralor determinaron que en estos seis años solo han avanzado en un 11% y un atraso de atraso de aproximadamente cinco años en su entrega. Los cálculos de la entidad indican que en el Putumayo se están perdiendo ya alrededor de 160 mil millones de pesos en los últimos tiempos.