Aunque Humberto de la Calle renunció al Senado, no se va a retirar de la vida pública. Lo que quiere hacer es dar un nuevo aire durante seis meses para volver a donde empezó: su participación en la construcción de paz en Colombia donde no ha dejado de ser un referente.
Tomó la decisión de volver a trabajar con el colega Sergio Jaramillo con quien hizo vínculos durante los 6 años que trabajaron juntos hasta la firma de La Paz entre el gobierno Santos y las FARC en noviembre del 2016. Decidió trabajar con su Fundación Acordemos y en retomar el hobby de la escritura, que ya había activado con la publicación de su libro de ficción “Muertes y Muertecitas”, que nada tiene que ver con política sino con la literatura, se trata de un thriller de suspenso que publicó en febrero pasado, pero ya está embarcado en un nuevo proyecto que va a retomar.
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Sergio Jaramillo participó en la arquitectura, desde el día cero, del Acuerdo de Paz, como Asesor de Seguridad Nacional del presidente Juan Manuel Santos y luego como su Alto Comisionado para la Paz donde lideró con Humberto De La Calle las negociaciones secretas con las FARC y luego el proceso público que se firmó en noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá.
Ninguno de los dos ha estado en la implementación. Jaramillo tomó vuelo, casi de inmediato, en enero del año siguiente, a la embajada de Colombia en Bruselas, país donde se quedó a vivir y desde donde ha construido la fundación. De la Calle atravesó un tiempo duro por fallecimiento de su esposa Rosalba Restrepo. Le tocó aprender a vivir en soledad después de 55 años de matrimonio. En ese espacio fue cuando se reencontró con la literatura que había transitado desde sus tiempos juveniles de Nadaista en Manizales.
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Poco a poco fue regresando a la política y el primer paso fue acompañar el proceso de conformación del movimiento Centro Esperanza con Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Jorge Enrique Robledo, Juan Fernando Cristo y Luis Gilberto Murillo; en el que también confluyó Ingrid Betancourt quien llevaba años viviendo en el extranjero después de su secuestro y la publicación de su libro "No hay silencio que no termine".
Su partido Verde Oxigeno seguía vivo y este respaldó la candidatura de La Calle al Senado, una decisión que le trajo infinidad de problemas.
Terminada la Embajada, Jaramillo siguió desde Bélgica vinculado a un centro de pensamiento, haciéndole seguimiento a procesos de paz en el mundo. Aterrizó en Afganistán donde fue asesor de justicia del gobierno intentado sacar adelante una mesa de negociación con los talibanes. También estuvo en Ucrania.
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A pesar de la distancia y ocupaciones, Humberto de la Calle en el Congreso y Sergio Jaramillo con su Fundación Acordemos han sido observadores activos de la implementación del Acuerdo de paz con las Farc. A Petro le enviaron una carta en la que plantearon su desacuerdo frente a la manera cómo están ejecutando el Acuerdo de Paz con las Farc cuestionando la ausencia de un programa frente a la sustitución de Cultivos Ilícitos.
En la Fundación Acordemos, Humberto De La Calle trabajara de nuevo con quienes hicieron parte de la Oficina del Alto Comisionado Sergio Jaramillo y estuvieron como negociadores del Gobierno Nacional con las Farc en La Habana.
Se trata de Carlos Prieto, director ejecutivo de la Fundación Acordemos y quien asesoró en las negociaciones con la guerrilla en temas de derechos humanos y seguridad. También está Gerson Arias, director del Programa de Lecciones Aprendidas en Negociaciones de Paz y quien fue el primero en ingresar como miembros del equipo negociador del gobierno desde el inicio de la fase secreta.
María del Pilar Barbosa es la directora del área de paz territorial y en La Habana con Humberto de la Calle se encargó de asesorar en las negociaciones en temas de narcotráfico y drogas ilícitas. Por su parte, Natalia Arboleda es la directora de alianzas y proyectos, en el pasado fue asesora del equipo negociador en temas relaciones con víctimas, justicia transicional y medidas humanitarias.
La Fundación Acordemos cuenta con recursos de la cooperación internacional. "Acordemos aspira a ser a la vez global y local: pretende consolidar un centro de capacitación de categoría mundial, por fuera de Europa y Norteamérica, para el diseño de negociaciones y procesos de paz, y a la vez contribuir al interminable proceso de construcción de la paz en Colombia, invocando siempre el espíritu de lo acordado y adaptándolo a las nuevas realidades".
