Hugo Ortega hace parte de esa pléyade de autores e intérpretes de la música colombiana que ha conquistado espacios, no solo en el país, sino también en el exterior, imponiéndose por su capacidad para la interpretación en importantes agrupaciones musicales, talento que va unido a la composición de temas de gran aceptación entre la gente.
Natural de Ipiales, al sur de Colombia, estudió en la Escuela Tomás Arturo Sánchez y en el Colegio Nacional Sucre de su ciudad natal, hijo del también músico ya fallecido, Hugo Ortega, de quien indudablemente heredó su oído musical, ya que su padre integró estupendos tríos en la época de oro de la música de cuerdas, entre ellos el recordado trío Los Románticos.
Se trasladó a Bogotá desde hace 32 años, después de integrar orquestas de la ciudad de Pasto como Richard y su banda y Afro Onda, para vincularse a los Alfa 8 durante más de una década. Con esta orquesta impuso temas como Tú y yo, Al rojo vivo, Frío en mí, La salsa llegó. De igual manera, con el Grupo Bananas pegaría la canción, Más que amigos y con Sol Barniz El trompo sarandengue, tema de ritmos nariñenses que se tomó el occidente colombiano, especialmente, la Feria de Cali de hace algunos años.
Al preguntarle por qué la música tropical no vive su mejor momento, quedando lejos de los tiempos de Lucho Bermúdez, “El loco” Quintero o Los Hispanos, dice que es un punto polémico y que los factores son múltiples. Pero es claro al manifestar que “desafortunadamente por algunos dueños comercializadores de orquestas, que no son músicos, el campo de los ritmos tropicales ha perdido espacio y es mal visto, pues cometieron muchos errores para que, ahora, la música tropical sea vista como la cenicienta”.
Refiriéndose al talento para crear, dice que la composición es algo muy espiritual, quien compone necesita de la vitalidad de la gente y, cuando ello no existe, se va perdiendo ese interés, e insiste en que el facilismo para aprovechar el momento desde un punto de vista del mercado, ha traído la consecuente pérdida de calidad y finura en la producción de la música bailable.
De todas maneras, este nariñense, como los creadores quijotescos que buscan el sentido profundo de su vida en lo que hacen, sigue entregado a lo que le gusta y lo que sabe. Últimamente ha hecho parte de Banda Fiesta, ha colaborado con Carolina la O y otras agrupaciones del país. Al ser un músico de vocación, tiene sus propios estudios de grabación y lidera las orquestas Almíbar y las Nenas de Colombia y el Grupo Mestizo con quienes sigue trabajando temas que seguramente deleitarán a los colombianos en las fiestas de fin de año.
Antes de despedirnos, volvemos a la figura de su padre. Con acento de emoción y gratitud el maestro Hugo Ortega dice que su progenitor fue homenajeado en la novena versión del Festival Internacional Cuna de Grandes Tríos que se llevó a cabo en Ipiales, pues cuando integró el trío Los Románticos se convirtió en un icono de los tríos en todo el territorio nacional y, prácticamente, uno de los símbolos del departamento de Nariño.