Un día estando en cuarentena fui a hacer mercado. Y fui a comprar unos huevos a una distribuidora en el barrio, pues me parecían baratos y había de diferentes precios. Finalmente, compré unos de tamaño medio.
Al llegar a casa y comerlos me parecieron deliciosos, además son conocidas las bondades de los mismos. Lamentablemente después de unos días tomé uno de la cubeta y estaba podrido, fue horrible y asqueroso; analizando en mi mente, le echaba la culpa al tendero ya que exhibía los huevos a la entrada del local, donde les daba el sol. Efectivamente revisé a contraluz uno a uno y la fila de la cubeta donde el sol daba con más fuerza fue la que dañó, así que decidí deshacerme de aquellos huevos podridos y consumir los demás que aún estaban buenos.
Lamentablemente me pareció una falta de respeto por parte del distribuidor que siendo una autoridad en el tema no supiera algo tan básico como que no se deben dejar las cubetas al sol ya que esto daña los huevos. Sin embargo, fui y hablé de lo sucedido con él, que pese a no reponerme la pérdida, por lo menos no volvió a poner las cubetas al sol.
Ahora les preguntó qué debía hacer. ¿Debí botar todos los huevos?, ¿no debí revisarlos?, ¿debí incendiar la cubeta?, ¿no debí dar mi queja al distribuidor?, ¿debí ir donde el distribuidor e incendiarle o destruirle todas las cubetas de huevos aun sabiendo que hay huevos que sirven y le hago daño al distribuidor y a los demás clientes?
Y vuelvo a preguntarles: ¿dejarían de comer huevo si esto les pasara?, ¿creen que si un huevo está quebrado o podrido automáticamente daña a los demás?, ¿si destruyes una cubeta de huevos (buenos o podridos) garantizas que no vuelvas a encontrar uno así en tu vida?, ¿el distribuidor aprendió en parte la lección?
Yo no sé ustedes, pero por mi parte voy a seguir comiendo huevo y seguir creyendo que el distribuidor está haciendo su trabajo para saber que sus huevos son de la mejor calidad. No obstante, de vez en cuando hay que estar pendientes del distribuidor, del producto, y revisar de vez en cuando uno que otro huevo no le haya dado mucho el sol, para no volver a pasar indignación o desagrado con otro huevo podrido.