¿Ustedes recuerdan cuándo éramos niños y uno tomaba agua en el colegio luego de jugar futbol? Hacíamos fila para tomarla de la llave. Eso pasaba todos los días en mi escuela y en todas las escuelas de Colombia durante décadas... y nunca supe que hubiera una intoxicación, ni nunca vi un estudio que dijera que era la causa de tales o cuales enfermedades. De hecho, nunca supe de niños o niñas que murieran por tomar agua del grifo… El caso, luego uno llegaba a la casa y si tenía sed no iba a la tienda a comprar una botella de agua, sino que tomaba un vaso de la cocina y lo llenaba con agua del grifo.
Sin embargo, desde los años noventa, a todos se nos ocurrió que el agua de la llave era mala, que estaba contaminada y que debíamos tomar agua en botella. El agua potable que llega a nuestras casas, que siempre había sido fundamental para nuestras vidas, ha quedado limitada al uso de los baños, lavamanos, inodoro y ducha, como si no sirviera para nada más. Hoy nos hemos habituado a comprar toda el agua que consumimos en botella, por cierto, a un precio mil veces más alto, uno de los negocios del siglo.
Pues bien, al año, el mercado del agua en botella mueve en todo el mundo 380.000 millones de litros. En EE. UU. el negocio es de 35.000 millones de dólares año, tres veces más que toda la industria cinematográfica. Por ejemplo, se consume el doble de agua embotellada que de café y 10 veces más agua en botella que cerveza, y todo para ser un producto que no necesitamos.1
Pero más allá de que empresas privadas extraigan gratis agua de la tierra para luego venderla y no reconozcan al estado un peso en regalías, (es un recurso público), para luego vendérnosla a un precio 1.000 veces más alto, más allá de todo eso, también está el problema de las millones de botellas de plástico, que terminan en rellenos, ríos y mares.
¿Sabían que en Colombia solamente se reciclan 3 de cada 10 botellas de plástico? O sea, de todas las botellas que juiciosamente echamos a la caneca de reciclaje, 7 se van a un relleno sanitario a contaminar la tierra, a un río a un mar y solo 3 vuelven a ser botellas. De poco sirve que las personas reciclemos, según la Procuraduría General de la Nación, Colombia solo recicla el 7% de los desechos.
Veníamos dando pasos en reciclaje y economía circular, las medidas contra las bolsas bajaron su consumo a menos de la mitad, pero con la pandemia retrocedimos, la gente ha comenzado a usar más bolsas, más cubiertos desechables y más icopor. Además, ahora hay otros residuos plásticos como, por ejemplo, tapabocas y guantes que se comienzan a acumular.
Francamente hace falta mucho por hacer, en las empresas públicas, privadas, en las escuelas, en nuestras vidas personales, urge comenzar una nueva cultura del reciclaje y de la vida sin plástico.
Desde el tanque de pensamiento Cpi3nsa y el movimiento Medegreen, exigimos una transformación política, económica y social para que veamos cambios en esta década, de lo contrario en 2030 no será un momento para revisar los objetivos de desarrollo sostenible, sino para lamentar todo lo que no se hizo.
Y por cierto, ¿recuerdan que antes no íbamos al mercado con bolsas plásticas, sino con canastos?, ¿recuerdan que uno iba a la tienda a comprar una gaseosa y debía llevar la olla?, ¿en qué momento nos volvimos unos contaminadores de plástico?
Documental Rotten, Netflix 2020.
Apropet 2019, empresa reciclaje de botellas posconsumo.