El primer ciclista en demostrar el temple de los escarabajos en tierras europeas fue Lucho Herrera, el colombiano que conquistó los Alpes cuando los cafeteros aun no tenían ese reconocimiento de grandes escaladores. Su historia inició en Fusagasugá, en 1961, siendo hijo de una familia humilde que lo crió bajo el lema de que las cosas se consiguen a pulso. Fue así como inició a trabajar en una jardinería, llevando domicilios en una bicicleta, para luego convertirse en el ciclista más amado por los colombianos. Durante su carrera como pedalista hizo y deshizo, y también supo ahorrar. Con esa plática que le dejó el pedal ha sabido vivir feliz con los negocios de Lucho Herrera.
Los inicios de Lucho Herrera
El jardinerito de Fusagasugá tuvo su primera experiencia en un bicicleta llevando flores, pero no fue hasta 1980, en una Vuelta de la Juventud de Colombia, cuando demostró que tenía perrenque para competirle a cualquiera. En esa competición quedó a dos minutos del ganador y supo deslumbrar a todos ganando etapas importantes que lo fueron inclinando como un gran escalador.
En 1981, ya con experiencia en las carreteras colombianas, compitió por primera vez en una Vuelta a Colombia batiéndose a duelo con el mismísimo Fabio Parra. También estuvo en el Clásico RCN, donde le ganó una etapa a su colega y demostró que estaba hecho para grandes cosas, que estaba hecho para más. Así fue como en su segunda participación en la competición se llevó el primer puesto, en 1982, para después hacerse con su primera Vuelta a Colombia y su tercer Clásico RCN en 1984. Aun sin ser profesional, Lucho Herrera ya levantaba el polvo en las carreteras colombianas y también lo hacia en las de Francia, al ganar su primera etapa de un Tour en el mítico Alpe D'huez.
Éramos unos completos desconocidos en el ciclismo mundial, nadie, ni siquiera nosotros mismos sabíamos de qué éramos capaces. Hasta que un 16 de julio de 1984 Lucho Herrera dejó atrás al gran Bernard Hinault (5 veces campeón del Tour) y se ganó el Alpe D'huez. Qué recuerdos!! pic.twitter.com/Gmil51ofdn
— ÓSCAR RITORÉ (@oscarritore) July 16, 2020
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Su gran desempeño lo llevó a volver a participar, en 1985, en competiciones internacionales. Primero lo hizo en la Vuelta a España, carrera en la que tuvo que retirarse por una lesión; y segundo, en el Tour de Francia, la competición por etapas más difícil del mundo. Como si ya conociera los pirineos, el escarabajo se hizo con dos etapas, la primera ganándosela al pentacampeón, Bernard Hinault, y la segunda, dejando una imagen para la historia, llegando a la meta totalmente ensangrentado después de una caída en el recorrido entre Autrans y Saint-Étienne. Esa fue la confirmación que sin importar los golpes, él iba a darlo todo por la victoria.
Hace 34 años Lucho Herrera ganó en Saint-Etienne, el día de la famosa imagen donde llega ensangrentado. Pero ese mismo día también sufrió el líder Bernard Hinault. Les dejamos este video para recordarlo 📽 @LeTour pic.twitter.com/4lE6e0bIZV
— Fuera del Límite (@fdlciclismo) July 13, 2019
Después de un año donde ganó la Vuelta a Colombia, en 1987 fue su entrada en los anales de la historia del ciclismo colombiano. La Vuelta a España lo recibió como un gran escalador, pero lo despidió como el mejor de la carrera. Lucho Herrera se convirtió en el primer latinoamericano en ganar una de las tres grandes vueltas y en hacer sonar el himno de Colombia en tierras ibéricas. Él, junto a otros escarabajos, inició la leyenda de los cafeteros con piernas de acero que continuaron fortaleciendo Nairo Quintana, Egan Bernal, Rigoberto Urán o el Chavito.
Reviva la narración y transmisión de la última etapa de la vuelta a España del año 1987 donde el gran Lucho Herrera se coronó campeón#HistoriaDeColombia pic.twitter.com/2nLSdpRRFL
— Historia de Colombia (@colombia_hist) June 17, 2022
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El retiro y lo negocios de Lucho Herrera
Después de una carrera de 12 años, donde alcanzó a ganar 5 clasificaciones de montaña y varias etapas del Giro, el Tour y la Vuelta, Lucho Herrera decidió retirarse del ciclismo e irse a vivir de nuevo en su amada Fusagasugá. Quienes lo vieron pedalear en las montañas europeas esperaban que creara una escuela de ciclismo o algo relacionado a la profesión que lo llevó a la gloria; pero él, con mente de tiburón, se dedicó a otros negocios.
En varias de las entrevistas que le han hecho a Lucho Herrera después de bajarse de la cicla, el expedalista ha confirmado que el dinero que le dejó escalar montañas lo ha invertido en negocios que no tienen nada que ver con el caballito de acero. Uno de ellos es en el tema gastronómico y el otro en el de la hotelería, aunque muchos afirman que es en la ‘motelería’, opiniones a las que él no le pone atención pues “en Colombia la gente se muere más de envidia que de cáncer”, según unas de sus palabra a El Colombiano.
Su restaurante más conocido se encuentra en la vía Chinauta, un hotel-restaurante llamado los Alpes, como aquellas montañas que lo convirtieron en el primer ciclista colombiano en conquistar Europa y por las que siente gran aprecio. Desde allí, Lucho está pendiente de sus otras escaladas, esos negocios que, aunque son pocos, según sus palabras, son de cuidado, como aquellas curvas traicioneras que los ciclistas tienen que sortear en los veloces descensos y que él tuvo que enfrentar en cientos de ocasiones.