La animada conversación del Combo del Ayer en el Parque de las Palomas Caídas de Santander de Quilichao- Cauca- Colombia, se vio interrumpida por el ruido incesante de las sirenas de las ambulancias que prestan sus servicios al único hospital de nivel 1 y ½ que se cree 2, que tenemos los norte-caucanos, al pasar repetidamente por las calles aledañas. Fue entonces cuando nos empezamos a alarmar y a especular sobre la naturaleza de tamaña conmoción.
Las hipótesis empezaron a aflorar dentro de tan distinguida reunión nocturna. Que si un accidente múltiple, que una asonada, que otra masacre, no es terremoto porque no se sintió, que no fue el gol de Yepes, ni el robo de la corona de miss universo, ni la decepción del anhelado y esquivo premio Oscar para nuestro Abrazo de la Serpiente, entonces ... ¿qué?. La respuesta no tardó en llegar. Efectivamente una tragedia.
Uno de los catecúmenos aventajados del Combo del Ayer, con expresión entre pesadumbre e indignación, nos contó que el desfile de ambulancias se debía a la falta de atención en urgencias del Hospital Francisco de Paula Santander del municipio homónimo, es decir Santander.
–¡Cuénteme algo nuevo en Colombia, compadre!- espetó uno de los miembros aventajados del Combo, desde la experticia que dan los años
-Lo nuevo…- retomó el novel miembro,-es que renunciaron todos los médicos y no hay quien atienda ni en urgencias ni en todo el hospital.
Nos quedamos atolondrados como la mayoría de nuestros paisanos. Toda una tragedia.
Mientras los más mayorcitos del Combo asentían silenciosamente con resignación, los aspirantes pronto dieron rienda suelta al ejercicio predilecto de tan noble Club; la especulación. Que ¿cómo así?, que ya nos tocó lo del H.U.V. (el universitario de Cali), que eso ya se veía venir, que todos tranquilos, que el asunto obedecía a la eterna crisis de nuestro sistema de salud pública, que lo del clientelismo, que la improvisación o la corrupción, que llaman siempre termina en eso o sino que se acordaran del San Juan de Dios y así en una casi interminable lista de posibles causas de esta crisis, que ahora toco directamente a las y los Quilichagüeños. Las sirenas seguían sonando.
Con la calma que dan las luces del amanecer, nos despertamos aspirando a que los sucesos de la noche anterior, fueran fruto de una borrachera colectiva causada por la ingesta excesiva de las bebidas espirituosas que acompañaron el convite. La cruda realidad nos golpeó más duro que cualquier resaca conocida. Todo fue cierto, de hecho, nos dimos cuenta que no bastó la presencia de la Secretaria Departamental de Salud, para “desfacer” tan monumental entuerto, aún más, el personal que aún medio atiende a los atemorizados, arrinconados y casi tugurizados pacientes que osan llegar al hospital, han dado su ultimátum de fin de semana, la administración del hospital dizque contra ofertó, el hecho verdadero es que suenan las alertas de intervención y cierre de otro hospital más, esta vez el nuestro.
Iba a reproducir aquí sesudos estudios que sobre la crisis hospitalaria han producido los especialistas, pero luego de leer la carta de renuncia del personal médico que trabajaba para el F. de P. Santander, me remitiré a plantear una pocas preguntas. ¿Qué pasa con la cacareada construcción del nuevo hospital de Santander de Quilichao? ¿Cómo es posible que la crisis de nuestro hospital haya llegado a este nivel? ¿Por qué se re-elige al gerente con estos resultados? ¿Existe Concejo Municipal en esta ciudad? ¿La súper o el ministro viven? ¿El gobernador fuera de mandar a la funcionaria encargada tiene algo que ver o con los voticos fue todo? Y finalmente… ¿del hospital de Santander de Quilichao qué?
